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Salud

Microplásticos: cada vez más comemos plástico invisible

El pescado no es la única fuente. Estas partículas también llegan a nuestro cuerpo a partir de la carne, botellas de agua e incluso polvo.

Los microplásticos son diminutas partículas de plástico que no exceden los 5 milímetros de volumen. Estos pequeños restos, junto con otros residuos de mayor tamaño, se encuentran invadiendo todos los océanos del planeta ocasionando graves consecuencias en la biodiversidad marina.

No es un secreto que dicha fuente de contaminación plástica en el mar afecta la calidad del pescado que consumimos. Muchas especies marinas ingieren las micropartículas que se desprenden de todos esos desechos que llegan al océano y que luego termina en nuestros platos. La sensibilización de este problema ha ido en aumento en los últimos años, sin embargo, seguimos ignorando otras formas en las que consumimos estas partículas.

¿Qué dicen los estudios sobre los microplásticos y el pescado?

Los pescados, los moluscos marinos y los crustáceos, siguen siendo las categorías que más se estudian sobre la presencia en ellos de estas partículas. Por este motivo, hoy en día podemos encontrar más análisis y datos disponibles, aunque todavía no existe evidencia sobre los posibles efectos de los microplásticos en la salud de las personas.

A pesar de los estudios, continúa siendo difícil saber cuántos microplásticos comemos junto con los pescados. De hecho, la mayoría de las investigaciones tan solo examinaron los intestinos y estómagos de las muestras que fueron analizadas, órganos que normalmente se extraen antes de comercializar estos pescados. No obstante, otro estudio pudo hallar microplásticos en el hígado de algunos peces, lo que advierte que estas partículas podrían trasladarse desde los tejidos digestivos a otros partes del organismo.

Por otro lado, las investigaciones señalan que una porción de mejillones, generalmente consumidos en casi toda Europa, pueden contener aproximadamente 90 partículas, por lo que un consumidor frecuente de estos moluscos podría ingerir 11 mil partículas al año. Asimismo, se han encontrado microplásticos en el pescado de hojalata, pero en este caso, la contaminación podría derivar del proceso de envasado y del aire.

Otras fuentes de contaminación:

Cerveza, carne y polvo: Al parecer, también se ha podido encontrar que consumiendo carne tenemos la posibilidad de introducir plástico en nuestro organismo. En realidad, los animales terrestres consumen plástico al igual que los peces. Los investigadores también encontraron fracciones en botellas de cerveza, miel y polvo que reposa en los alimentos.

Botellas de agua: además del pescado, la mayor fuente de estas partículas, son las botellas de agua. Con los desechables se puede beber entre 2 y 44 microplásticos por litro, mientras que con otros tipos de envases se ingiere entre 28 y 241 por litro. La contaminación deriva principalmente de las propias botellas y aumenta al llenar estos recipientes muchas veces seguidas. Por este motivo, con frecuencia no se recomienda la reutilización de estos envases.

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Veronica Pereira