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Salud

¿Cuáles son las principales señales de alarma para detectar un ictus?

El cuerpo humano es una máquina increíblemente compleja, pero su complejidad también lo hace vulnerable a los daños. Entre ellas está el ictus, una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo.

Existen 2 tipos de ictus: hemorrágico e isquémico.

Ictus hemorrágico.

Se trata de una hemorragia subaracnoidea (hemorragia en el cerebro o a su alrededor) generada por la ruptura de un vaso sanguíneo. El accidente cerebrovascular también puede producirse como resultado de una hemorragia intracerebral.

Ictus isquémico.

Se produce cuando la sangre no puede llegar debidamente a una parte del cerebro. Por ejemplo: por la obstaculización de los vasos sanguíneos, ya sea por la aparición de un coágulo u otra cosa, lo que provoca la disminución de la cantidad de fluido de sangre al cerebro, por lo que las neuronas no obtienen oxígeno ni los nutrientes necesarios. Los lugares afectados del cerebro dejan de funcionar, trayendo como consecuencia la pérdida del control sobre las partes del cuerpo que manejaba esa zona encargada del cerebro.

También se debe tener en cuenta que se pueden generar AIT (ataques isquémicos transitorios), los cuales se dan por la obstaculización de los vasos sanguíneos temporalmente y no dejan daños en las funcionalidades del cerebro. Un ataque isquémico transitorio es considerado una verdadera señal de alarma, aunque muchas veces pasa por alto porque se confunde con un simple desmayo. Se debe tener cuidado, ya que incrementa la probabilidad de padecer un ictus más severo en los días que siguen.

Cabe resaltar que todos los accidentes cerebrovasculares pueden generar daños de por vida en los lugares afectados, incluyendo la muerte del tejido, a menos de que se trate a tiempo y de forma debida.

¿Cuáles son las señales de alarma?

Capacidad lingüística: el ictus afecta a la actividad cerebral, por lo que puede dar lugar a problemas de comunicación. Pide a la persona afectada que diga una frase sencilla. Si esa persona no puede hacer eso, es probable que se trate de una apoplejía.

El rostro: es importante mirar si hay alteraciones en el movimiento de los músculos faciales. Un rostro o una sonrisa caída pueden ser señales de que algo no está funcionando bien en el cerebro.

Los brazos: la actividad cerebral se ve afectada, por lo que ciertos grupos musculares pueden dejar de funcionar. Para comprobarlo es necesario levantar sus brazos. Si uno o ambos brazos realizan movimientos en contra de su voluntad, es posible que padezca de apoplejía.

Por último, tenga en cuenta que los accidentes cerebrovasculares se acompañan a veces de dolores de cabeza, náuseas y vómitos, sobre todo en el caso de los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos.

Se puede salvar una vida si se tiene una respuesta rápida.

Si un individuo presenta alguno o todos los síntomas, pida ayuda rápidamente a los servicios de emergencia. Cuando la sintomatología se manifiesta, los especialistas en salud tienen un poco más de tiempo para intervenir (entre un plazo de entre 1 a 4 horas y media para tratar de solucionar la situación).

Una respuesta anticipada ayudará a evitar daños permanentes, pero no todos. Los accidentes cerebrovasculares, por lo general, provocan daños cerebrales irremediables que pueden disminuir considerablemente la capacidad de funcionamiento de un individuo. Estos daños pueden ser ligeros o bastantes graves, desde el adormecimiento general de una zona hasta la pérdida de la capacidad de hablar o caminar.

Los principales factores de riesgo.

Edad: el riesgo de ictus aumenta naturalmente con la edad.

Herencia: el riesgo de sufrir un ictus o un AIT es mayor si uno de los padres ha sufrido un ictus antes de los 65 años.

Antecedentes: alrededor del 30% de las personas que han sufrido un ictus o un AIT tendrán otro ictus en los próximos cinco años.

¿ Existe tratamiento para el ictus?

Sí, los médicos pueden suministrar fármacos anticoagulantes en ambos casos (ictus hemorrágico e ictus isquémico). En casos graves de ictus isquémico, los expertos en salud pueden hacer una trombectomía mecánica. El cual trata de un procedimiento directo para extraer el coágulo de los vasos sanguíneos, pero, este procedimiento no es muy favorable porque requiere un equipo especializado y que no está disponible en todas las salas. Y, en los casos de ictus hemorrágico, una forma segura de eliminarlo es usar transfusiones de sangre para estabilizar al paciente.

Las personas con presión arterial o colesterol elevados, los diabéticos y los fumadores corren especial riesgo de sufrir un ictus. Las personas con trastornos subyacentes del ritmo cardíaco también están en riesgo, especialmente las que padecen fibrilación auricular. Para evitar el mayor riesgo posible, siga un estilo de vida activo, lleve una dieta sana siempre que sea posible, no fume y controle su presión arterial.

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Veronica Pereira