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Salud

Comer saludable: 4 trucos para conseguirlo y no fallar en el intento

¡Comer saludable no es fácil! Pero te damos algunos trucos para empezar a comer sano y equilibrado sin grandes esfuerzos ¿Te animas a cambiar tu alimentación?

En primer lugar, es importante tomarse el tiempo necesario para comprender nuestras necesidades y lo que nuestro cuerpo quiere comunicarnos. No es posible cambiarlo todo de la noche a la mañana, pero si se puede ir cambiando pequeñas cosas que comenzaran a hacer la diferencia en esta transición dietética y a los cambios que implica.

Comienza cambiando la forma en la que desayunas

El desayuno tradicional suele estar compuesto de cereales, leche, pan, mermelada, Nutella y varios más, pero pese a esta variedad de alimentos, el desayuno es una de las comidas más contaminantes del día. Lo primero es ir cambiándolo poco a poco con la inclusión de alimentos más sanos y capaces de ofrecer mucha energía. Durante las mañanas se recomienda mucho el consumo de frutas de temporada en compañía de yogur bajo en azúcar o batidos de frutas y verduras.

Las posibilidades son infinitas y solo se limitan por tu creatividad, solo debes estar seguro de consumir alimentos ricos en vitaminas y micronutrientes capaces de mantenerte hasta la llegada de una media mañana o almuerzo. Un punto que puedes tener en cuenta es que el azúcar presente de forma natural en las frutas es beneficioso para recargar las energías y mantenerse productivo toda la mañana.

Comienza a eliminar esos alimentos que no te hacen bien

Cuando estamos realizando este tipo de cambios en nuestra dieta, lo más difícil siempre va a ser renunciar a esos alimentos que tanto nos encantan, pero que son nocivos para el organismo. Por ejemplo, muchas personas no se sienten cómodas si no toman una taza de café con azúcar durante la mañana o si no comen pan blanco. La mejor manera de ir dejando estos consumos poco saludables es ir agregando progresivamente alimentos «vivos» a tu rutina diaria. Por si no lo sabes, los alimentos vivos son todas esas frutas y vegetales frescos de temporada, maduros y que se pueden consumir crudos, desde semillas de cereales, oleaginosas, legumbres germinadas y algunos alimentos fermentados. Ten la seguridad de que poco a poco te irás acostumbrando al sabor de las frutas y verduras, hasta el punto de poder disfrutarlas.

Otro buen consejo es ir agregando zumos de verduras a tu dieta diaria. Esta es una de las mejores formas de empezar a cambiar nuestro estilo de vida y de mejorar nuestra salud gracias a la ingesta masiva de micronutrientes. Ten en cuenta que no tienes que ser tan estricto contigo mismo, de vez en cuando date un capricho y come un poco de eso que tanto te encanta. Una vez que te haya puesto en marcha con estos dos consejos, comenzarán a aparecer los primeros beneficiosos de tus cambios dietéticos: Te verás más desinflado, con más vitalidad y la motivación suficiente para seguir adelante con este proceso.

Además, también puedes ir agregando verduras crudas a tus platos para ir aumentando la ingesta de alimentos naturales y vivos mientras te acostumbras a su sabor. Esto es algo importante para ir cambiando nuestra alimentación, haciendo combinaciones de alimentos sencillas que permitan digerir y asimilar bien los nutrientes.

Es importante seguir las combinaciones de alimentos correctas, ya que si mezclas las verduras de manera incorrecta será muy complicado para el cuerpo digerirlas, así que la mejor opción es acudir con un especialista en nutrición para saber cómo preparar tus platillos y combinaciones.

Comienza a consumir alimentos que sean dulces pero saludables

Puede que haya ocasiones en las que pases por algún antojo o impulso de comer algo que sabes que no le va a hacer bien a tu cuerpo. Para evitar caer en la tentación, es muy importante comenzar a consumir meriendas con alimentos saludables como:

Verduras crudas como zanahorias, rábanos y pepinos, acompañados de un poco guacamole o aderezos naturales.

Frutos secos como avellanas, nueces y pistachos.

Semillas oleaginosas como almendras, anacardos y avellanas.

Alimentos frescos como manzanas, plátanos y mandarinas.

Estas meriendas entre comidas se adaptan perfectamente a los cambios en la dieta que estamos tratando, ya que permitirán tratar los antojos de forma saludable y evitar aquellos alimentos que no son saludables para el organismo. Si talvez es difícil para ti consumir estos alimentos, puedes comenzar mezclándolos con tu fruta favorita. Otro buen consejo para calmar las ansias es tomar agua y salir a dar una vuelta hasta que el hambre pase a segundo plano.

Comienza a agregar semillas germinadas a tus platos

Las semillas germinadas son excelentes para comenzar a cambiar la manera en la que nos alimentamos y es importante que se consuman cada vez con más frecuencia, ya que son una increíble fuente de nutrientes e incluso son consideradas un «superalimento». De hecho, este es un consejo que debería mantenerse incluso en aquellas personas que no buscan hacer cambios bruscos en su dieta o que son nuevos en el mundo de la comida viva.

Son tan increíbles que puede hacer parte de todos los platillos. Estas verdaderas «bombas» nutricionales mejorarán tu salud y alimentación de formas que nunca antes habías visto, ya que te aportarán saciedad, energía, ayudarán a las papilas gustativas a ir adaptándose a los cambios dietéticos de los alimentos vivos.

Empezar a agregar alimentos vivos a nuestra dieta teniendo en cuenta estos 4 consejos hará que podamos comenzar a cambiar la forma en la que nos percibimos sin fallar en el intento y obteniendo excelentes resultados, ya que los cambios en tu cuerpo serán muy agradables.

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Veronica Pereira