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Estilo de vida

8 consejos esenciales para cuidar tu salud en la piscina: cómo evitar infecciones

Las piscinas son un lugar popular para refrescarse y disfrutar del verano, pero también pueden ser un caldo de cultivo para diversas infecciones. Es importante tener en cuenta algunas precauciones para proteger nuestra salud mientras nos divertimos en la piscina.

Entendiendo las infecciones comunes en las piscinas

Antes de sumergirnos en los consejos para prevenir las infecciones en la piscina, es crucial entender las infecciones más comunes que podemos encontrar. Entre las más frecuentes se encuentran:

Infecciones de oído: también conocidas como otitis externa, estas infecciones son causadas por la exposición prolongada al agua contaminada en los oídos. Los síntomas incluyen dolor, picazón y secreción en el oído.

Infecciones de piel: las piscinas pueden albergar bacterias y hongos que pueden causar infecciones en la piel. Los síntomas pueden variar desde picazón y enrojecimiento hasta erupciones cutáneas más graves.

Infecciones gastrointestinales: el agua de la piscina puede ser contaminada con bacterias como la Escherichia coli, que puede causar enfermedades gastrointestinales como diarrea y vómitos.

Foto Freepik

La importancia de la higiene en la piscina

Antes de sumergirnos en los consejos para prevenir infecciones en la piscina, es importante destacar la importancia de mantener una buena higiene en estos espacios acuáticos. Las piscinas son lugares propicios para la proliferación de bacterias y gérmenes que pueden causar enfermedades. Es esencial que tanto los propietarios de las piscinas como los nadadores tomen medidas para mantener un entorno limpio y seguro.

Dúchate antes y después de nadar

Una de las formas más efectivas de prevenir la propagación de bacterias y gérmenes en la piscina es ducharse antes y después de nadar. La ducha previa ayuda a eliminar la suciedad, el sudor y los productos químicos del cuerpo, lo que reduce la cantidad de contaminantes que se introducen en el agua. Por otro lado, la ducha posterior ayuda a eliminar cualquier residuo de cloro o productos químicos que puedan irritar la piel.

Evita tragar agua de la piscina

Aunque puede ser tentador beber agua de la piscina mientras nadamos, es importante evitarlo para prevenir infecciones. El agua de la piscina puede estar contaminada con bacterias y productos químicos que pueden ser perjudiciales para la salud. En lugar de tragar agua de la piscina, asegúrate de llevar contigo una botella de agua potable y mantenerla cerca para mantenerte hidratado mientras disfrutas del agua.

Utiliza protector solar resistente al agua

El sol puede ser intenso en la piscina, por lo que es crucial proteger tu piel de los dañinos rayos ultravioleta. Sin embargo, no todos los protectores solares son adecuados para su uso en la piscina. Asegúrate de usar un protector solar resistente al agua para evitar que se lave con el contacto con el agua. Además, recuerda volver a aplicar el protector solar cada dos horas para mantener una protección efectiva.

Usa zapatos acuáticos o chancletas

El área alrededor de la piscina puede ser un terreno propicio para la proliferación de bacterias y hongos. Para proteger tus pies de posibles infecciones, es recomendable usar zapatos acuáticos o chancletas. Estos zapatos proporcionarán una barrera entre tus pies y el suelo, evitando el contacto directo con posibles contaminantes.

No nades si tienes una herida abierta

Si tienes una herida abierta, es recomendable evitar nadar en la piscina para prevenir la entrada de bacterias en la herida y la posible infección. Las piscinas son un ambiente propicio para la proliferación de bacterias, y una herida abierta puede convertirse rápidamente en un punto de entrada para estos microorganismos. Si tienes una herida, es mejor esperar hasta que haya sanado por completo antes de sumergirte en la piscina.

Enjuágate inmediatamente después de nadar

Después de nadar en la piscina, es importante enjuagarte con agua limpia para eliminar cualquier residuo de cloro o productos químicos en tu piel. Esto ayudará a prevenir la irritación y mantener tu piel sana. Además, es recomendable secarse completamente después del enjuague para evitar la proliferación de bacterias en la piel húmeda.

Limpia regularmente los juguetes y equipos de la piscina

Los juguetes y equipos de la piscina pueden ser un caldo de cultivo para bacterias y hongos si no se limpian regularmente. Es recomendable lavar estos objetos con agua y jabón después de cada uso, y desinfectarlos periódicamente con una solución adecuada para evitar la proliferación de gérmenes. Esto ayudará a mantener un entorno limpio y seguro para todos los nadadores.

Presta atención a los signos de infección

A pesar de seguir todos los consejos anteriores, aún existe la posibilidad de contraer una infección en la piscina. Por eso, es importante prestar atención a los signos de infección y buscar atención médica si es necesario. Algunos de los signos comunes de infección incluyen enrojecimiento, inflamación, dolor, picazón, secreción u olor desagradable. Si experimentas alguno de estos síntomas después de nadar en la piscina, no dudes en consultar a un médico.

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Veronica Pereira