Estos son los olores que atraen mágicamente a los mosquitos
Entender qué los llama a la acción puede ayudarnos a tomar mejores precauciones para evitarlos.

Con la llegada de la primavera, las picaduras de mosquitos se convierten en una molestia constante para muchas personas. Pero, ¿por qué los mosquitos parecen preferir a algunos sobre otros? La respuesta está en los olores corporales y ciertas sustancias químicas que los atraen de manera irresistible.
Los mosquitos no eligen al azar, ya que su “olfato” está diseñado para detectar elementos específicos que emanan de nuestro cuerpo. Desde el dióxido de carbono (CO2) que exhalamos hasta los compuestos presentes en nuestra piel, los mosquitos son auténticos expertos en encontrar su próxima fuente de alimento.
Además de los olores naturales del cuerpo, ciertos productos químicos en perfumes, jabones y lociones corporales pueden aumentar nuestra “atracción” para los mosquitos. Incluso el olor que liberan los pies sudorosos puede ser especialmente tentador para ellos.
Los compuestos químicos del cuerpo que los mosquitos aman
Lo que realmente les encanta a los mosquitos son las sustancias químicas que producimos de manera natural. Elementos como el ácido láctico, el amoniaco y la urea, presentes en el sudor, crean un cóctel aromático que es difícil de ignorar. Estas sustancias son descompuestas por las bacterias de la piel, generando lo que llamamos un perfil único de olor corporal, que varía en cada persona.
Curiosamente, aquellos con la sangre tipo O parecen ser aún más apetecibles para los mosquitos, mientras que los de sangre tipo A suelen ser menos atractivos. Esta diferencia, sumada a otros factores como la temperatura corporal y el nivel de sudor, puede explicar por qué algunas personas son picadas más que otras.
Perfumes y aromas: ¿un imán para mosquitos?
El uso de perfumes y ciertos productos con fragancias florales o frutales puede transformar a cualquier persona en un objetivo fácil. Los mosquitos son particularmente atraídos por los aromas dulces y florales, que imitan el néctar de las flores, una de sus fuentes alternativas de alimento. Perfumes con notas de vainilla o frutas cítricas son especialmente traicioneros si lo que buscas es ahuyentarlos.
Incluso jabones o lociones corporales con olores específicos pueden alterar el perfil químico de la piel y potenciar la atracción. Por otro lado, productos con aromas como el eucalipto o el coco han demostrado ser más efectivos para mantenerlos alejados.

El dióxido de carbono, un faro de largo alcance
Uno de los factores más determinantes es el nivel de dióxido de carbono (CO2) que exhalamos, especialmente durante actividades físicas intensas. Los mosquitos pueden detectar este gas a una distancia de hasta 50 metros, lo que convierte a quienes respiran más rápido o expulsan mayor cantidad de CO2 en blancos más atractivos.
Por esta misma razón, las mujeres embarazadas, que exhalan un 21% más de CO2 y suelen tener una temperatura corporal más alta, tienden a ser picadas con mayor frecuencia.
¿Qué olores los repelen?
Investigaciones han descubierto que los mosquitos evitan olores como el ajo, la albahaca y el limoncillo, así como ciertos compuestos presentes en productos a base de citronela y eucalipto.
Aplicar repelentes químicos que contengan Icaridina o DEET puede ser una medida efectiva, aunque para quienes prefieran alternativas naturales, optar por aceites esenciales con propiedades repelentes es una opción útil. Recuerda también que el uso de ropa clara y tejidos ligeros puede complementar la protección.
Los mosquitos son pequeños pero ingeniosos en su forma de localizar a sus víctimas. Desde los olores corporales hasta los perfumes que usamos, cada detalle cuenta para su olfato extremadamente sensible. La buena noticia es que, entendiendo qué los atrae, podemos reducir su impacto ajustando nuestros hábitos y utilizando repelentes efectivos.
La próxima vez que te prepares para salir en una noche cálida, piensa no solo en lo que llevas puesto, sino también en cómo tus olores podrían estar “invitando” a los mosquitos a quedarse contigo. Si bien no podemos desaparecer por completo de su radar, minimizando nuestra “atracción”, ganaremos la batalla contra estas molestas criaturas.