La expectativa de una noche especial no debería verse opacada por detalles que se pueden prevenir. Por esa razón, hoy te compartimos las claves que marcan la diferencia y los motivos detrás de cada uno. Si quieres disfrutar de un acto íntimo sin contratiempos ni bochornos, presta atención y pon estos consejos en práctica.
Cuidar la higiene sin exagerar
La limpieza corporal es esencial, pero existen prácticas que pueden perjudicar más de lo que ayudan. Usar demasiados jabones perfumados en la zona íntima o realizar lavados vaginales agresivos altera el equilibrio natural del pH, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones y molestias durante o después del sexo.
Lo recomendable es lavar la zona con agua y un poco de jabón neutro, sin obsesionarse. También es importante que la higiene se extienda a las manos. Un gesto tan sencillo protege tanto la salud como la comodidad de ambos y recuerda que el exceso de limpieza puede ser tan problemático como la falta de ella.
Evitar comidas pesadas y alimentos problemáticos
Comer justo antes de un encuentro puede hacer que te sientas incómodo, sin energía o incluso con gases. Las comidas con mucha grasa, fibra o condimentos intensos como el ajo o la cebolla, favorecen el mal aliento y los problemas digestivos.
Una cena ligera y saludable siempre suma. Y si tienes planeado tener sexo, opta por algo fácil de digerir, como una ensalada, fruta o una proteína magra que te permitirá sentirte liviano, activo y listo para disfrutar sin interrupciones incómodas.
Masticar un chicle o cepillarse suavemente los dientes ayuda, pero evita hacerlo con demasiada fuerza justo antes, ya que podrías irritar la encía o provocar pequeñas heridas.
Limitar el consumo de alcohol
Tomar una copa puede relajar, pero cuando te excedes, los efectos suelen ser negativos, debido a que el alcohol reduce la sensibilidad, entorpece la coordinación y en muchos casos hace difícil mantener o alcanzar la excitación.
Además, el abuso de bebidas alcohólicas puede complicar el control de la eyaculación y disminuir las posibilidades de alcanzar el orgasmo. El efecto es aún más notorio en las mujeres, porque el alcohol circula más rápido por su organismo.
Si sabes que tendrás sexo, cuida cuánto tomas, así te ahorras sorpresas desagradables y tu cuerpo responderá mucho mejor.
Rasurarse o depilarse justo antes
Muchas personas creen que arreglar su vello íntimo o corporal a último momento es un detalle de higiene, pero hacerlo poco antes puede irritar la piel, debido a que los microcortes o la irritación pueden sentirse aún más molestos con la fricción, el sudor y los fluidos sexuales.
Para quienes prefieren depilarse, lo mejor es hacerlo con un día de anticipación, así le das tiempo a la piel para recuperarse y evitas que una simple molestia arruine el encuentro. Aplicar una crema calmante después de quitar el vello también ayuda mucho.
Dejar la protección y la comunicación para el final
Hablar de anticonceptivos y protección puede parecer incómodo, pero es mucho peor tener que enfrentar luego una infección o un embarazo no planificado.
Recuerda que el uso del preservativo sigue siendo la manera más sencilla de protegerse ante las infecciones de transmisión sexual y las sorpresas no deseadas. Ten los condones a mano y revisa su fecha de caducidad antes de necesitarlos. Si confías en otro método anticonceptivo, asegúrate de que ambos estén informados y de acuerdo.
Rompe el hielo y crea un clima de confianza. Puedes preguntar cómo se siente la otra persona, si hay algo que le gustaría o prefiere evitar. La comunicación sincera multiplica el placer.
Recuerda: la próxima vez, apuesta por estos hábitos y verás cómo mejora no solo el encuentro, sino la confianza contigo y con tu pareja. Tu placer y tu salud merecen ese cuidado.
