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Salud

Lo que el aceite de oliva hace (y no hace) por tu colesterol

El aceite de oliva, presente en miles de cocinas, tiene fama de ser bueno para el corazón y para el colesterol. Pero, ¿qué hay de cierto en esto? 

El aceite de oliva virgen extra se destaca por su alto contenido en ácido oleico, una grasa monoinsaturada que tiene la capacidad de reducir los niveles de colesterol LDL, conocido como el “colesterol malo”, que puede acumularse en las arterias y causar problemas cardiovasculares. Al mismo tiempo, ayuda a aumentar el colesterol HDL, el llamado “colesterol bueno”, que tiene el efecto opuesto: libera las arterias de residuos grasos.

En la práctica, esto significa que incluir aceite de oliva en lugar de otras grasas, como mantequilla o aceites vegetales refinados, puede ayudarte a mantener un corazón más sano. Este cambio simple puede ser más poderoso de lo que parece.

El secreto del aceite de oliva virgen extra

Lo que diferencia al aceite de oliva virgen extra de otras variedades es su riqueza en antioxidantes, como los polifenoles, el hidroxitirosol y el oleocantal. Estas sustancias combaten la inflamación y el envejecimiento celular.

Gracias a su proceso de extracción en frío y sin químicos, el virgen extra mantiene alto el contenido de estos componentes protectores. Usarlo en crudo, para aderezar ensaladas, verduras o simplemente un trozo de pan, te permitirá aprovechar su máximo potencial. Cocinar con él también es seguro, ya que soporta bien las altas temperaturas sin perder tantas propiedades como otras grasas.

Más que colesterol

No solo el colesterol se beneficia del consumo habitual de aceite de oliva virgen extra. Estudios respaldados por décadas de observación muestran que el aceite de oliva no solo baja el colesterol malo, sino que incluye una verdadera cadena de ventajas para el organismo: desde la reducción de la inflamación hasta posibles efectos protectores frente al cáncer.

Su aporte en vitaminas E y K también fortalece el sistema inmunológico y ayuda a preservar la buena salud ósea. Incluso hay evidencia de que protege contra el deterioro mental en la vejez, ayudando a prevenir enfermedades neurodegenerativas. Todo esto confirma que el aceite de oliva no es solo “una grasa más”, sino un alimento funcional.

Foto Freepik

¿Cuánto aceite de oliva tomar al día para notar beneficios?

La cantidad recomendada varía según tu dieta y necesidades calóricas, pero los estudios apuntan a que entre dos y tres cucharadas soperas diarias (20-40 ml) bastan para obtener los efectos positivos sobre el colesterol y la salud cardiovascular.

Lo ideal es usarlo para sustituir otras grasas menos saludables. Un chorrito sobre tus verduras, una cucharada en la tostada, o en la preparación de tus guisos ya marca la diferencia. Y recuerda que, aunque sea saludable, el aceite sigue siendo calórico: moderación y calidad son la clave.

Cómo elegir un aceite de oliva bueno para el corazón

El virgen extra, obtenido solo con procedimientos mecánicos y prensado en frío, es el que ofrece más antioxidantes y propiedades beneficiosas. Fíjate en la etiqueta en busca de “primera prensa en frío” y una acidez baja, menor al 0,8%.

Guárdalo en un lugar oscuro, fresco y bien cerrado, para que no pierda sus propiedades. Prefiere envases pequeños si no lo usas a diario, para que siempre esté fresco. Elige marcas de confianza y, si puedes, de origen controlado o ecológico.

Aceite de oliva en la dieta mediterránea

El aceite de oliva es un pilar de la dieta mediterránea, reconocida mundialmente por su efecto protector sobre el corazón. Porque no solo da sabor, sino que también ayuda a absorber mejor los antioxidantes de otros alimentos, como el tomate o las berenjenas. Cocinar con él, aderezar ensaladas o incluso acompañar un trozo de pan puede ser un placer saludable, sencillo y sabroso.

Muchos expertos coinciden en que este patrón de alimentación, rico en verduras, cereales integrales, pescados y aceite de oliva virgen extra, está detrás de la menor incidencia de enfermedades cardiovasculares en países del Mediterráneo. Una gran noticia, pues es fácil adaptar esta dieta a cualquier lugar del mundo.

Si tienes dudas sobre qué tipo de grasa elegir o cuánta cantidad tomar, consulta con un nutricionista. Tu cuerpo te lo va a agradecer, y tu corazón también. ¡Que nunca falte un buen chorrito de aceite de oliva en tu mesa!

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