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Insólito

Muere un bebé asfixiado tras quedarse su madre dormida dándole el pecho

Una madre de 35 años se despertó y encontró a su bebé muerto de 16 días en su cama. ¿Qué pasó? Cuando se despertó alrededor de las dos de la madrugada, la mujer de treinta años se dio cuenta de que su bebé ya no respiraba. Alertados, los servicios de emergencia acudieron al lugar pero a pesar de sus esfuerzos “el bebé fue declarado muerto en el lugar a las 3:15 am”, según indicó una fuente policial.

Cuando la policía la interrogó, la mujer dijo a los oficiales que había colocado a su bebé en su cama alrededor de las 10:30 p.m. para poder amamantarlo. Luego, según se informa, los dos se quedaron dormidos. Cuando la madre despertó, encontró a su bebé recién nacido muerto.  “Mientras dormía, es posible que lo asfixiara con el peso de su cuerpo “, explica la misma fuente policial.

¿Qué es la muerte súbita del lactante y cómo ocurre?

La muerte súbita inesperada del lactante (MSIL o SIDS, por sus siglas en inglés) es un fenómeno trágico y desconcertante. Se trata de la muerte repentina e inexplicable de un bebé menor de un año, usualmente mientras duerme, sin señales de enfermedad ni heridas previas. El diagnóstico solo se confirma después de una investigación exhaustiva, incluyendo una autopsia, cuando no se puede encontrar otra razón para el fallecimiento.

Los estudios más recientes sitúan al MSIL como la principal causa de muerte en bebés sanos de menos de 12 meses. La mayor frecuencia ocurre entre los dos y cuatro meses de edad, siendo los varones ligeramente más propensos. Por otro lado, los factores biológicos como la inmadurez en los mecanismos cerebrales de control respiratorio, junto con factores ambientales —posición para dormir, tipo de superficie y exposición al humo de tabaco— aumentan el riesgo de forma significativa.

Colocar a los bebés boca abajo o de lado, dormir en superficies blandas y el exceso de abrigo están repetidamente ligados con estos fallecimientos. Aunque la lactancia es protectora, el lugar y la forma en que se realiza tiene un papel clave en la seguridad del bebé.

Factores de riesgo asociados con el colecho y lactancia nocturna

Dormir en la misma cama que el bebé puede parecer la opción más cómoda y natural, sobre todo durante las tomas nocturnas. Sin embargo, los expertos advierten de los peligros reales, ya que pueden quedar atrapados entre el colchón y las sábanas, siendo incapaces de mover la cabeza o liberar sus vías respiratorias. La falta de supervisión consciente durante el sueño profundo del adulto aumenta aún más el peligro.

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La influencia del sueño parental en la seguridad del bebé

Asimismo, el cansancio extremo de los padres, especialmente en madres recientes, puede llevar a microsueños, episodios en los que se pierde el control del entorno sin darse cuenta. Los adultos, al dormir profundamente, pueden rodar involuntariamente, tocar al bebé o desplazar elementos que cubran la cara del pequeño, impidiendo la respiración normal.

Productos inseguros: el papel de las almohadas de lactancia

Las almohadas de lactancia están diseñadas para dar soporte durante la alimentación, pero no están hechas para dormir sobre ellas. Si el bebé queda sobre o cerca de una almohada, aumenta el riesgo de obstrucción respiratoria. Una ubicación incorrecta puede convertir un objeto útil en una amenaza silenciosa si el adulto se queda dormido con el bebé encima de ella.

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Medidas de prevención y recomendaciones profesionales

El bebé debe dormir siempre boca arriba, en una superficie firme, dentro de una cuna sin objetos sueltos como mantas, peluches o almohadas. La mejor opción es que el bebé duerma en la misma habitación que los padres, pero en un espacio propio y despejado, nunca en la misma cama.

La lactancia materna, por sí sola, es un factor protector. Pero, si la madre cree que se puede quedar dormida, es más seguro depositar al bebé en su cuna después de cada toma. Si el cansancio se vuelve abrumador, pedir ayuda o turnarse con otro adulto resulta vital.

Es importante crear conciencia, practicar el sueño seguro y buscar ayuda si el cansancio es abrumador puede salvar vidas. La educación y la sensibilidad pública son las principales herramientas para prevenir la muerte súbita y proteger a los más pequeños, asegurando que cada familia pueda disfrutar del crecimiento de sus hijos en unión y tranquilidad.

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