Soñaba con ser famosa pero murió a los 19 años por un reto de TikTok

La tragedia de Renna O’Rourke sacudió a miles de familias y encendió las alertas sobre uno de los retos virales más peligrosos del momento.
El ‘dusting’, también conocido como ‘chroming’ o ‘huffing’, no es un fenómeno nuevo, pero sí ha ganado fuerza gracias a su exposición en redes sociales. Consiste en inhalar aerosoles de limpieza, sobre todo aquellos que se usan para quitar el polvo a teclados y computadoras. Sus efectos inmediatos llevan a una rápida sensación de ligereza, pero ponen en juego la salud de una manera brutal.
A diferencia de otras sustancias, estos productos se venden libremente en casi cualquier tienda, sin control de edad y sin dejar rastros en pruebas antidroga convencionales. Así, los adolescentes ven en ellos una alternativa económica y discreta para experimentar sensaciones extremas, ignorando que un solo intento puede ser fatal, como le ocurrió a Renna.
Componentes tóxicos e impacto en la salud
Los aerosoles de limpieza contienen químicos como hidrocarburos, gases propulsivos y compuestos fluorados. Estos elementos no están diseñados para ser inhalados y cuando entran al cuerpo a través de los pulmones, pueden desplazar el oxígeno y afectar el funcionamiento de órganos vitales.
El impacto es devastador: daños inmediatos en el cerebro, arritmias cardíacas, insuficiencia respiratoria y el síndrome de muerte súbita por inhalación. Además, quienes sobreviven a un episodio grave pueden quedar con secuelas neurológicas permanentes, problemas hepáticos o incluso entrar en coma. La inhalación frecuente de estos productos puede generar adicción y aumentar la tolerancia, lo que a menudo lleva a repetir y escalar el riesgo.
El rol de las redes sociales y la viralidad
TikTok, Instagram y otras plataformas digitales han jugado un papel central en la popularización del ‘dusting’, ya que algoritmo de estas aplicaciones suele premiar los contenidos más vistos y compartidos, empujando los retos virales a los primeros puestos de visibilidad.
Por otro lado, la presión social en línea es real: no solo se normaliza la práctica, sino que parece un simple “juego” hasta que ocurre una tragedia. El anonimato y la falta de filtros efectivos contribuyen a que videos peligrosos circulen con escaso control y lleguen a millones de jóvenes.

Renna O’Rourke
El caso de Renna O’Rourke, una advertencia para padres y jóvenes
Renna O’Rourke soñaba con ser famosa y, lamentablemente, ese sueño se cumplió de la peor manera. Tras probar el reto, su salud se deterioró rápidamente y nunca volvió a recuperar la consciencia. Sus padres, Aaron y Dana, pasaron días desesperados en el hospital antes de confirmar su muerte cerebral. Ahora, la familia de Renna usa su historia para advertir a otros sobre los peligros del ‘dusting’.
Sus mensajes son contundentes: no hay que confiarse ni subestimar el peligro y recomiendan investigar lo que hacen los hijos, revisar sus habitaciones y mantenerse siempre informados sobre las tendencias en redes sociales. La historia de Renna sirve como una dolorosa llamada de atención que ninguna familia debería ignorar.
¿Qué pueden hacer los padres, educadores y plataformas digitales?
La mejor arma contra el ‘dusting’ y otros retos peligrosos es la prevención. Padres y madres deben hablar abiertamente sobre el tema, explicar los riesgos de juegos virales y fomentar la confianza para que los jóvenes se atrevan a pedir ayuda si ven algo fuera de lugar.
La supervisión digital, sin caer en la invasión de la privacidad, puede ayudar a identificar patrones de consumo problemáticos o contenidos dañinos. Los educadores también juegan un papel clave al incluir charlas sobre riesgos en su plan de estudios y crear entornos donde los estudiantes sientan que pueden expresarse sin miedo.
Las plataformas tecnológicas tienen responsabilidad. Deben ser más rápidas y efectivas al identificar y eliminar videos que promuevan conductas peligrosas, y potenciar campañas informativas dentro de sus propias comunidades.
El reto viral ‘dusting’ es una amenaza real y silenciosa que puede arrebatar vidas en cuestión de minutos. La historia de Renna O’Rourke es un recordatorio del alto costo de la desinformación y la presión social en la era digital. Reconocer los peligros, mantener el diálogo abierto en casa y exigir controles más estrictos son pasos que pueden evitar tragedias similares. Proteger a los jóvenes debe ser un esfuerzo conjunto entre familias, educadores, plataformas digitales y toda la sociedad.
No miraremos para otro lado: hay que actuar ahora, porque los retos virales solo seguirán cambiando de nombre, pero el riesgo siempre será el mismo.
