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Tecnología

¿Es normal que el cargador del móvil se caliente?

¿Alguna vez has notado que el cargador de tu móvil se pone tibio, o incluso muy caliente, mientras cargas tu teléfono? Esta inquietud es cada vez más frecuente y muchos usuarios se preguntan si esto puede ser dañino para el propio teléfono, el cargador o incluso para la seguridad en casa.

La mayoría de los cargadores se calientan al estar en uso y esto, hasta cierto punto, no es motivo de alarma, porque los móviles actuales requieren más energía y, además, la carga rápida hace que se demande más corriente, produciendo calor como resultado natural del proceso.

Funcionamiento de los cargadores y generación de calor

Cuando enchufas el cargador, este convierte la corriente de tu casa en la energía que tu móvil necesita. Durante el proceso, parte de esa energía se pierde y se transforma en calor. Incluso los mejores cargadores generan algo de temperatura, sobre todo si usan carga rápida o si el móvil está completamente descargado.

Lo normal es que el calor se mantenga en un nivel moderado y que el cargador se sienta apenas tibio al tacto. Si solo está caliente al cargar y después se enfría, suele formar parte del ciclo normal.

Más allá de la función propia, el entorno tiene un peso importante. Usar el cargador en ambientes calurosos o con mala ventilación provoca una subida más rápida de la temperatura. Tapar el cargador con mantas o dejarlo en la cama también impide que el calor se disipe correctamente.

El problema aumenta si el cargador o el cable son de baja calidad, han sufrido golpes, o son imitaciones no certificadas por el fabricante. La acumulación de polvo en las entradas también puede afectar el proceso y elevar aún más la temperatura.

Foto Adobe Stock

¿Cuándo el calor en el cargador es peligroso?

Debes preocuparte si el cargador llega a estar tan caliente que quema al tocarlo, si escuchas zumbidos extraños, ves chispas o notas que tu móvil también se calienta demasiado. Otros signos de advertencia son el olor a plástico quemado o si el cargador cambia de forma, mostrando deformaciones.

Estas situaciones sugieren que el sistema de carga no funciona como debe y si no se detiene a tiempo, podrías terminar con daños en la batería o, en casos extremos, con un incendio.

Además, el riesgo principal de un sobrecalentamiento está en el daño irreversible a los componentes internos del cargador y del propio teléfono. La batería puede hincharse, perder capacidad e incluso explotar o incendiarse si la temperatura supera los límites seguros. Aquí ya no se trata solo de daños materiales: la seguridad personal también puede verse en juego.

Recomendaciones de los expertos para un uso seguro

Procura cargar tu teléfono en lugares frescos y con buena ventilación. Evita dejar el cargador enchufado si no está en uso y, por ningún motivo, lo cubras con objetos textiles como almohadas, mantas o ropa.

Inspecciona regularmente el cargador y el cable, buscando daños, dobleces o cortes. Si notas que se calientan más de lo habitual, desconéctalos de inmediato y deja que se enfríen antes de volver a usarlos.

También es fundamental utilizar siempre accesorios originales o, al menos, certificados por el fabricante. Los cargadores de imitación pueden parecer una ganga, pero suelen carecer de sistemas de protección contra el sobrecalentamiento y otras fallas técnicas.

Estos detalles marcan la diferencia para la seguridad, la duración del teléfono y el cuidado del entorno en el que cargas tus dispositivos.

Foto Freepik
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Qué hacer si tu cargador se calienta demasiado

  • Desconecta el cargador y apaga el teléfono para evitar daños mayores.
  • No lo toques si está demasiado caliente: espera a que se enfríe.
  • Revisa el estado del cable y la base, limpiando cualquier acumulación de polvo.
  • Si usas una toma múltiple, prueba conectar solo el cargador para descartar una sobrecarga eléctrica.

Si notas que el sobrecalentamiento se repite, el cargador muestra deformaciones o los síntomas mencionados continúan, es momento de reemplazarlo sin dudarlo. No trates de repararlo o seguir usando un cargador dañado, ya que la seguridad está en juego.

Optar siempre por un reemplazo original evita problemas a largo plazo y asegura que el proceso de carga sea eficiente y sin riesgos añadidos.

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