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Salud

¿Cuándo hacerse una prueba de ETS?

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) afectan a millones de personas cada año, aunque muchas veces pasan inadvertidas. Por esa razón, la mayoría de estas infecciones no da señales claras y pueden permanecer en silencio por semanas o meses. Cuando no se detectan a tiempo, pueden causar problemas graves de salud, afectar el bienestar emocional y complicar relaciones personales. Por esa razón, cuidar la salud sexual no solo protege a quien se hace la prueba, también cuida a las parejas presentes y futuras.

¿Cuándo es recomendable hacerse una prueba de ETS?

No existe un único momento ideal para hacerse una prueba, ya que todo depende del contexto personal y las prácticas sexuales, pero existen varias situaciones que hacen aconsejable buscar una consulta y pedir una prueba. Si te identificas con alguna de las siguientes circunstancias, lo mejor es acudir cuanto antes a un profesional de la salud:

Nuevas relaciones, presencia de síntomas, experiencias de riesgo (como sexo sin protección o fallos de preservativo), embarazo o simplemente seguir una rutina de chequeo según tus hábitos. Hacerse pruebas de ETS puede ser tan normal como cualquier otro chequeo médico.

Iniciar una nueva relación sexual

Antes de empezar una relación íntima con alguien nuevo, hablar de salud sexual puede cambiar el rumbo de la relación. Frases como “¿Nos hacemos juntos una prueba?” pueden evitar preocupaciones y fomentar confianza. Hacerse la prueba antes del primer encuentro, y compartir los resultados, permite disfrutar sin inseguridades y reduce riesgos para ambos. Si la pareja también se prueba, ambos se cuidan a la vez.

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Síntomas y signos de alerta

Sentir ardor al orinar, notar flujo inusual, picazón o llagas en los genitales, malestar pélvico o cualquier cambio en tu zona íntima, son motivos para no esperar más. Incluso las molestias leves pueden indicar una infección y muchas ETS, como la clamidia o la gonorrea, avanzan sin dar avisos, pero pueden causar daños permanentes si no se tratan pronto. Ante la duda, hacer una prueba marca la diferencia.

Situaciones de riesgo o exposición

Si hubo relaciones sexuales sin condón o el método de protección falló (el condón se rompió o deslizó), o si tuviste sexo con alguien con diagnóstico positivo de alguna ETS, debes hacerte una prueba rápidamente, aún sin síntomas. También debes hacerlo si compartiste agujas o instrumentos cortopunzantes. Detectar a tiempo protege tu salud y la de las personas cercanas.

Durante el embarazo

Para quien espera un bebé, el control de ETS es más que prevención, es protección doble: para la madre y el bebé. Muchas ETS, como la sífilis o el VIH, pueden transmitirse al feto y complicar el parto o la vida del recién nacido. Por eso, en la consulta prenatal suelen recomendar pruebas desde el primer trimestre, y repetirlas después si existen riesgos añadidos. Es un paso clave para un embarazo saludable.

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¿Qué tan seguido deberías realizarte pruebas de ETS?

La frecuencia de los exámenes varía según el estilo de vida. Quienes tienen parejas sexuales nuevas con frecuencia, practican sexo sin protección o pertenecen a grupos más expuestos (como hombres que tienen sexo con hombres, personas con VIH o trabajadoras sexuales) deberían hacerse un chequeo al menos cada tres meses.

Para quienes mantienen una relación monógama donde ambos se han hecho pruebas recientes, una vez al año puede ser suficiente. Si se presentan síntomas, o cambia tu situación o tus hábitos, es importante no retrasar la próxima prueba. La constancia ayuda a descubrir infecciones que pasan desapercibidas.

Tipos de pruebas de ETS y dónde realizarlas

Según la infección sospechada, existen diferentes métodos: análisis de sangre para detectar VIH, sífilis o hepatitis; muestras de orina o hisopados genitales para gonorrea y clamidia; además de exámenes físicos. Hoy también existen autopruebas aprobadas para VIH, que puedes realizarte en casa.

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Puedes acudir a hospitales, clínicas de salud sexual, consultorios médicos, laboratorios privados, clínicas de planificación familiar y algunos servicios gratuitos de salud pública. La confiabilidad es alta si sigues las recomendaciones del personal médico. Lo importante es elegir lugares seguros, donde resuelvan tus dudas y mantengan tus resultados en confidencialidad.

Pasos a seguir en caso de resultado positivo

Recibir un resultado positivo genera nervios y temores, pero actuar rápido evita problemas más serios y protege a quienes te rodean. Acude al médico para iniciar el tratamiento indicado, que a menudo es corto y eficaz. No interrumpas la medicación antes de tiempo, incluso si los síntomas desaparecen.

Es clave avisar a tus parejas sexuales recientes para que también se realicen pruebas y reciban tratamiento si hace falta. Mantén la calma, sigue las indicaciones y pregunta lo que necesites. Algunos centros pueden ofrecer asesoramiento psicológico y acompañamiento. Repetir la prueba tres meses después ayuda a confirmar que la infección desapareció. Cuidar tu salud sexual es un acto de responsabilidad y cariño propio.

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