Conmoción: Bebé de un año en coma luego de que un hombre lo arrojara violentamente al suelo. VIDEO

Las imágenes de un niño de apenas 18 meses arrojado violentamente contra el suelo en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú han recorrido el mundo. El acto, tan atroz como inesperado, sacudió las redes y provocó un rechazo inmediato en la sociedad rusa e internacional. El pequeño, Yazdan, llegó a Rusia junto a su madre, buscando refugio tras huir de Irán. Nadie imaginaba que el lugar que representaba esperanza se convertiría en escenario de una tragedia que hoy marca la agenda social y mediática.
El aeropuerto Sheremetyevo, uno de los más transitados de Moscú, fue testigo de una escena escalofriante captada por las cámaras de seguridad. Mientras la familia del niño esperaba en la zona de recogida de equipaje, Vladimir Vitkov, un turista bielorruso de 31 años, se acercó de manera sospechosa. En cuestión de segundos levantó al menor del suelo y, usando toda su fuerza, lo lanzó al pavimento.
Los testigos apenas pudieron reaccionar ante la brutalidad del acto y el agresor, visiblemente fuera de sí, fue reducido por personal de seguridad y pasajeros. La familia del pequeño, deshecha, no entendía cómo una simple escala en Moscú se había transformado en pesadilla.
Nadie esperaba una explosión de odio o irracionalidad en plena terminal internacional, pero los videos muestran que, de pronto, cualquier espacio puede convertirse en zona de alto riesgo para los más vulnerables.
Un niño en coma inducido
Yazdan sufrió lesiones gravísimas: fracturas abiertas de cráneo, daño en la columna vertebral y un extenso hematoma subdural. Los médicos del hospital pediátrico donde fue trasladado lo indujeron a un coma artificial para intentar salvarle la vida. El pronóstico es reservado y el peligro de secuelas permanentes es alto, ya que las zonas afectadas controlan funciones críticas del desarrollo infantil.
La madre del niño, embarazada y refugiada, apenas puede comprender la magnitud del daño, ya que había llegado a Rusia buscando un futuro seguro para su familia, escapando de la guerra y los bombardeos. Organizaciones de derechos humanos han intervenido para brindar contención y apoyo, aunque las heridas físicas y emocionales son profundas.
La situación de Yazdan no es sólo emblemática por su dureza, sino porque revela cuán frágiles son los mecanismos de protección para los menores migrantes que atraviesan rutas peligrosas y, aun así, terminan expuestos a nuevos riesgos en países de tránsito o destino.
El perfil del agresor y la investigación policial
Vladimir Vitkov no era conocido, hasta ahora, fuera de su entorno cercano, debido a que la policía lo detuvo in situ y poco después confirmaron que había consumido cannabis y portaba otras drogas. El propio Vitkov declaró no recordar lo ocurrido e incluso admitió conductas similares en el pasado, lo que aumenta la preocupación por su perfil.
Las autoridades rusas sospechan que hubo una mezcla peligrosa: drogadicción, posible trastorno mental y, según se investiga, tintes de racismo o xenofobia debido a la nacionalidad iraní de la familia agredida. El agresor se enfrenta a cargos severos por intento de homicidio, con penas que podrían alcanzar hasta 20 años de prisión.
El caso resalta patrones de violencia impulsados por sustancias y problemas sociales no resueltos. Los especialistas advierten que, si no se abordan la salud mental y las adicciones de forma integral, situaciones extremas como esta pueden repetirse, sobre todo en escenarios marcados por estrés y alta concurrencia.
Urgente fortalecer la protección de la infancia migrante
El ataque en Sheremetyevo fue más que un acto de violencia puntual, es un llamado de atención que revela que la infancia migrante es doblemente vulnerable: huyen de la guerra y el miedo, pero su búsqueda de seguridad puede exponerlos a nuevos peligros, incluso en países que deberían garantizar su resguardo.
Solo con sistemas sólidos de prevención y respuesta rápida se puede proteger realmente a los más indefensos. No basta la condena social momentánea, porque cada niño merece crecer sin miedo, libre de violencia y con la certeza de que su dignidad estará protegida sin importar su origen o trayectoria migratoria.
Vladimir Vitkov, a 31-year-old Belarusian tourist, violently threw an 18-month-old boy to the ground at Sheremetyevo Airport.
The boy, who had fled Iran with his mother via Afghanistan, is in a coma with skull fractures and spinal injuries. pic.twitter.com/dCFY9dSfCV
— The4plug (@The4plug) June 25, 2025
