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Estilo de vida

Las 5 zonas del cuerpo que los dermatólogos no recomiendan para tatuajes (y no es por estética)

Elegir bien el lugar puede ahorrarte visitas médicas, gasto en retoques y cicatrices que no esperabas. Antes de sacar cita, conviene informarse y hablar con un profesional de la piel. Un tatuaje bonito que cicatriza mal deja de ser bonito.

A Marta le encantaban las letras minimalistas, por lo que se tatuó una frase en el lateral del dedo y la lució con orgullo. En tres meses se había difuminado, y a las seis semanas tuvo que tratar una infección que dejó la piel sensible durante meses. No fue mala suerte, fue una combinación de piel fina, agua y jabón a diario, y fricción constante.

Los dermatólogos no son enemigos del arte, son fans de la piel sana y algunas zonas del cuerpo concentran más humedad, movimiento o exposición, y eso dispara problemas como infecciones, mala cicatrización, reacciones a la tinta o cambios de color. Hasta 2025, los informes coinciden en que las complicaciones más frecuentes tras tatuarse son las infecciones y las reacciones alérgicas. Las cifras exactas varían según el estudio y el entorno, pero se sitúan en rangos de dos dígitos bajos y no son raras en zonas problemáticas. También preocupa la inflamación crónica y la migración de pigmentos a ganglios, que complica diagnósticos y controles.

Las 5 zonas del cuerpo que los dermatólogos no recomiendan

Existen áreas del cuerpo donde el riesgo sube por cómo es la piel y por lo que hacemos cada día. Las manos y dedos se lavan y rozan sin parar, la piel es fina y los pigmentos se pierden rápido. En los pies, el sudor y el calzado crean un microclima perfecto para bacterias y hongos. La cara es visible, sensible y envejece con el tiempo, lo que altera contornos y colores. Las axilas combinan humedad, roce y vello, una receta clásica para irritaciones y cicatrices irregulares. La zona genital tiene piel muy delicada y difícil de cuidar, además de una humedad constante que complica la curación.

Evitar estas zonas reduce infecciones, retrasa el desvanecimiento y facilita los chequeos médicos futuros. Además, es clave no tapar lunares o lesiones que necesitan vigilancia, y menos aún en la cara o en áreas con cambios frecuentes. Si tu diseño te ilusiona mucho, busca ubicaciones con piel más estable y seca, por ejemplo brazo, antebrazo, hombro o pantorrilla. Antes de decidir, consulta con un dermatólogo, comenta tu historial alérgico y pide a tu artista información sobre tintas, técnicas y cuidados. Un minuto de planificación vale semanas de curación.

Manos y dedos

En manos y dedos la piel es delgada, con menos grasa, se mueve todo el día, se moja y se frota con tejidos y superficies. El resultado suele ser un tatuaje que se desvanece rápido, con líneas que se abren y sombras que se apagan. Además, cada lavado es una microagresión para una herida reciente, lo que aumenta el riesgo de infección y de cicatrización anómala.

Si te atrae un símbolo en el dedo, prueba primero un tatuaje temporal de alta calidad. Te dará una idea de la visibilidad real en tu día a día sin comprometer tu piel. Evitar estas zonas te da más durabilidad y menos citas médicas.

Pies

El sudor, las bacterias y la fricción aceleran el desgaste de la tinta y complican la curación. La piel de la zona, aunque parece gruesa, se estresa con cada paso y el roce constante puede abrir microfisuras. En 2025 se describen más casos de hongos tras tatuajes en pies, sobre todo cuando el posoperatorio no fue ideal, aunque la evidencia es desigual. El problema no es solo estético, una infección fúngica o bacteriana puede inflamar la piel y dejar marcas.

Si quieres un diseño cerca del tobillo o el empeine, piensa en moverlo al antebrazo o la pantorrilla. El acabado suele ser más nítido y el color aguanta mejor con los años.

Cara

La cara es piel sensible, muy vascularizada y siempre a la vista. Por eso, cualquier reacción alérgica o infección es difícil de tratar sin dejar señal. Tatuar sobre o cerca de lunares complica el diagnóstico de cáncer de piel, ya que el pigmento puede ocultar cambios sutiles. Con el tiempo, los rasgos cambian y la piel se afina, lo que distorsiona líneas y colores. Hay tintas que provocan reacciones tardías, como granitos, picor o enrojecimiento, y en la cara eso pesa más.

Si buscas realzar cejas u ojos, valora el maquillaje semipermanente realizado por profesionales médicos. Es menos invasivo, más fácil de corregir y se adapta mejor a los cambios del rostro.

Freepik

Axilas

El sudor y el desodorante irritan la zona recién tatuada y favorecen la proliferación de microbios. Por otro lado, el movimiento del brazo crea fricción que borra líneas finas y promueve una cicatrización irregular. Las áreas húmedas registran más complicaciones por la biología del entorno, algo que los clínicos observan de forma constante.

Si alguien decide tatuarse ahí, la higiene debe ser extrema, con pausas para dejar la zona al aire y productos suaves. Aun así, la recomendación más segura es evitarla.

Zona genital

El cuidado pos tatuaje en esta zona es complejo, la ropa roza, la higiene se complica y cualquier infección puede escalar con rapidez. El dolor del procedimiento y de los posibles retoques es mayor, y la remoción con láser resulta más costosa y difícil. También hay implicaciones de privacidad y molestias durante la cicatrización que muchos subestiman.

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La mejor decisión suele ser posponer o evitar por completo. Tu salud íntima vale más que un diseño que quizá no puedas mantener bien.

Consejos generales para tatuajes seguros y qué hacer si ya tienes uno

Elige siempre un estudio con licencia y un artista con portafolio claro. Pide información de las tintas y pregunta por opciones hipoalergénicas. No te tatúes sobre lunares, cicatrices activas o áreas donde recibes inyecciones, como la zona lumbar si te ponen epidural. Planifica en épocas sin viajes, sol intenso ni entrenamientos duros. Sigue las curas con limpieza suave, hidratación correcta y cero piscinas hasta cerrar.

Programa revisiones dermatológicas si tienes antecedentes alérgicos o tatuajes grandes. Si ya llevas un tatuaje en zona de riesgo, vigila enrojecimiento, dolor que no cede, secreción, fiebre o picor persistente. Ante cualquier señal, consulta sin demora.

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