Increíble pero cierto: un neurólogo asegura que esta comida de McDonald’s elimina las migrañas en segundos

El llamado “McMigraine” se volvió tendencia porque ofrece un alivio simple y disponible en cualquier esquina. Se basa en pedir una Coca-Cola grande y papas fritas de McDonald’s. La mezcla aporta cafeína, sal, carbohidratos y líquido. Varios usuarios cuentan que sienten mejoría cuando la crisis se relaciona con hambre, deshidratación o una bajada de azúcar. En ese escenario, la combinación puede corregir pequeños desequilibrios y calmar el dolor. No es una receta mágica, ya que el efecto depende del tipo de migraña, del estado del cuerpo y de la sensibilidad individual.
El combo viral
Una bebida grande de cola aporta una cantidad relevante de cafeína y azúcar, que algunas personas notan como un empujón inmediato cuando el cuerpo va en reserva. Las papas fritas de McDonald’s tienen un alto contenido de sal, algo que en redes se asocia con reponer electrolitos y abrir el apetito. El apodo “McMigraine” suena llamativo y se comparte con facilidad. Hay quien dice notar alivio rápido, sobre todo si llevaba horas sin comer o sin beber lo suficiente.
Cafeína, adenosina y vasos sanguíneos, la explicación rápida
La cafeína puede ayudar en la migraña porque bloquea la adenosina, una molécula que favorece la dilatación de vasos y la sensación de cansancio. Al bloquearla, la cafeína puede estrechar un poco los vasos sanguíneos del cerebro y eso reduce el dolor en algunas personas. También potencia el efecto de analgésicos comunes. El resultado varía mucho. Hay quien mejora con una taza, y hay quien se pone peor si ya consumió mucha cafeína ese día. La sensibilidad individual manda.
Sal, electrolitos y azúcar, cuándo podrían ayudar
Las papas fritas aportan sodio y otros electrolitos, que junto con los carbohidratos y el líquido de la bebida pueden apoyar si el dolor se relaciona con deshidratación, ayuno o baja ingesta. En esos casos, comer algo salado y beber puede cortar el círculo de dolor y náuseas. No funciona igual en todos los tipos de migraña. Un exceso de sal no es deseable y la comida ultraprocesada no debería ser la base del manejo. La clave es el contexto y la moderación.

Lo que dicen los neurólogos y la evidencia disponible
En redes se ha citado a Jessica Lowe como neuróloga que apoya el truco, pero no hay confirmación fiable de esa atribución. Lo más prudente es separar la anécdota del consejo clínico. Los especialistas recuerdan que la cafeína sí tiene respaldo como coadyuvante en algunos casos, sobre todo en combinación con analgésicos, aunque no reemplaza un tratamiento pautado. El combo de McDonald’s puede servir a ciertas personas, pero no es un protocolo médico ni una recomendación oficial. Interesa la hipótesis, conviene el escepticismo.
La afirmación de Jessica Lowe frente al escepticismo clínico
Según la conversación en TikTok, Jessica Lowe habría compartido una experiencia positiva. Otros neurólogos, en cambio, subrayan que un testimonio no prueba eficacia universal. Proponen alternativas simples como café fuerte y algo salado en casa, con mejor control de cantidades y menos azúcares añadidos. La idea clave es prudencia y personalización, sin atacar a nadie ni amplificar promesas.
Cómo probarlo con prudencia y alternativas más saludables
Si alguien quiere probar, lo ideal es hacerlo con cabeza. No todos toleran bien los refrescos azucarados ni la comida rápida. También hay opciones más amables con el cuerpo que mantienen la lógica del método, combinando cafeína, un poco de sal, carbohidratos y agua. Reconocer señales de alarma y tener un plan con el médico disminuye riesgos y evita que una moda acabe ocultando un problema mayor.

Opciones caseras con menos ultraprocesados
Un café o té con un pequeño tentempié salado casero funciona de manera similar. Puede ser un puñado de frutos secos tostados, una rebanada con queso o unas galletas saladas, y agua a sorbos. Lo importante es combinar líquido, algo de sal y carbohidratos de calidad, con una dosis de cafeína que toleres bien. Ajusta la cantidad a tu respuesta y a la hora del día para no afectar el sueño.
Busca ayuda si el dolor cambia de patrón, aparece de golpe con gran intensidad, o se acompaña de fiebre, confusión, debilidad o problemas visuales nuevos. No esperes si algo te asusta. Trabaja un plan preventivo con tu médico que incluya sueño regular, hidratación, alimentación estable y manejo del estrés. Las rutinas constantes reducen la frecuencia y la intensidad de las crisis.
