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Un multimillonario revela el único campo en el que la Generación Z debería centrarse si quiere ser rica

Mark Cuban va al grano. Si hoy tuviera entre 16 y 21 años, dedicaría casi todo su tiempo a aprender inteligencia artificial y a ponerla en práctica. Su mensaje es directo, práctico y urgente. La IA ya está creando tareas nuevas, modelos de trabajo y empleos que no existían hace cinco años. Quien la domine tendrá puertas abiertas en cualquier sector, desde marketing hasta salud.

La IA como habilidad básica para triunfar

Cuban sostiene que la IA se convertirá en una competencia cotidiana, al nivel del correo o Excel. La diferencia estará en quien sepa aplicarla a problemas reales y no se quede solo en teorías. Si aprendes a usar IA para escribir mejor, analizar datos y documentar resultados, tu perfil sube de nivel. Lo mismo si eres capaz de ayudar a un equipo a incorporar estas prácticas en su rutina diaria.

Muchos jóvenes pueden adelantarse si aprenden a usar IA y, además, a enseñarla a otros. La mayoría de las empresas aún no domina estas herramientas y busca guías claras. Convertirte en ese puente es una ventaja real. No se trata de ser un científico de datos, se trata de traducir necesidades del negocio a flujos de trabajo con IA que ahorren tiempo y mejoren la calidad.

Cuban también insiste en la actitud. La IA no es magia, es una herramienta. La creatividad, la curiosidad y la constancia marcan la diferencia. Te puedes equivocar muchas veces, pero con una mejora concreta y bien comunicada, cambias tu lugar en la mesa y construyes reputación.

Qué significa “habilidad básica” en el trabajo diario

Habilidad básica es usar IA para redactar correos claros, resumir informes extensos y crear borradores de campañas en minutos. También es configurar asistentes que automaticen tareas repetitivas, como clasificar respuestas o limpiar textos. Escribir mejores prompts, revisar resultados y ajustar el flujo hasta lograr un estándar útil y consistente.

Ventajas para estudiantes y primeros empleos

Aprender IA suma productividad desde el día uno. Tu curva de aprendizaje es más rápida, entiendes procesos y propones mejoras concretas. Puedes aportar valor con resúmenes, guías, pruebas A/B y pequeñas automatizaciones. Si además enseñas a otros a usar IA, aumentas tu visibilidad, te conviertes en referencia interna y aceleras tu carrera.

Foto Freepik

Cómo empezar a aprender IA desde cero sin gastar mucho

Comienza con lo que tienes a mano. Usa ChatGPT para idear, reescribir y resumir. Prueba generadores de imágenes para crear apoyos visuales. Activa asistentes con IA en hojas de cálculo para limpiar datos y detectar patrones. Practica prompts claros con contexto, objetivo y formato de salida. Construye mini proyectos que resuelvan algo útil y documenta cada paso.

La práctica diaria breve es el mejor maestro. Dedica un bloque fijo, aunque sea corto, a experimentar con casos reales. Repite lo que funciona, ajusta lo que falla y guarda plantillas. Añade una capa de verificación de datos antes de usar cualquier salida. Cuida tu privacidad, evita subir información sensible y cita fuentes cuando corresponda. La IA acelera, pero la calidad final depende de tu juicio.

Convierte la IA en oportunidades reales

El salto llega cuando transformas práctica en valor para otros. Muchas empresas no saben por dónde empezar y necesitan guías simples. Puedes ayudar a personalizar e implementar flujos con IA, enseñar a equipos, crear plantillas y medir mejoras. Un portafolio con casos reales abre puertas, sobre todo si comunicas horas ahorradas, calidad lograda y costos evitados.

Tu narrativa importa. Explica el problema, la solución con IA y el resultado. No adornes, muestra datos claros con contexto. Habla en términos de negocio, como tiempo, tasa de respuesta y conversión. La credibilidad nace de resultados pequeños, constantes y repetibles.

Nichos con demanda inmediata

Marketing, ventas, atención al cliente y operaciones piden impacto rápido. La IA ayuda en generación de contenidos, guiones de video, respuestas a clientes y creación de reportes recurrentes. También mejora la clasificación de tickets, la limpieza de bases y la preparación de resúmenes para decisiones.

Cómo demostrar valor con tu portafolio

Presenta cada caso con una descripción breve del problema, el flujo con IA y el resultado. Añade ejemplos de entradas y salidas. Incluye métricas de tiempo, calidad o satisfacción. Usa un lenguaje simple y directo, enfocado en beneficios para el negocio.

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Llega con ejemplos concretos, una prueba pequeña y un objetivo claro. Propón un piloto de bajo riesgo, mide resultados y comparte aprendizajes. Recalca la gestión de riesgos y el control humano en cada paso. Esa combinación genera confianza y apoyo.

La invitación es simple, dedica tiempo diario a la IA y conviértela en tu aliada. Aprende lo básico, practica con proyectos reales y comunica resultados con claridad. Esos tres pasos te llevarán de la curiosidad al impacto. La Gen Z que entienda la herramienta y aporte criterio tendrá ventaja. Empieza hoy con una mejora pequeña y repítela hasta que se note en tu trabajo y en tu bolsillo.

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