Cáncer de hígado: síntomas que indican cuándo es necesario consultar al médico
Un diagnóstico temprano no solo puede salvar vidas, sino también mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan este desafío.

El cáncer de hígado, aunque menos común que otros tipos, es un problema de salud serio. Detectarlo a tiempo puede hacer la diferencia en el tratamiento y pronóstico.
¿Cómo entender el cáncer de hígado?
El cáncer de hígado primario, conocido como carcinoma hepatocelular, se desarrolla directamente en el hígado y es diferente al cáncer secundario, que se expande desde otros órganos. Este tipo de cáncer está relacionado con factores de riesgo como la hepatitis B y C, el consumo excesivo de alcohol, el hígado graso no alcohólico y la exposición a toxinas como las aflatoxinas. Las personas con cirrosis son las que enfrentan un riesgo más elevado.
Aunque afecta en mayor medida a hombres que a mujeres, cualquiera puede desarrollarlo, especialmente si tiene antecedentes de enfermedades hepáticas crónicas. ¿Sabías que la mayoría de los síntomas aparecen en etapas avanzadas? Esto hace que la detección temprana sea un desafío, pero no imposible.
Los síntomas que no debes ignorar
Aunque los síntomas tempranos suelen ser silenciosos o leves, algunas señales pueden advertir que algo no está bien. Reconocerlas puede salvar vidas.

1. Dolor abdominal persistente: uno de los primeros signos del cáncer de hígado es un dolor constante o incomodidad en el lado superior derecho del abdomen. Esto ocurre porque el hígado está inflamado o afectado por un tumor.
2. Pérdida de peso inexplicable: perder peso rápidamente sin haber cambiado la dieta o rutina de ejercicio es un alerta roja. Esto puede ser un signo de que el hígado no está funcionando correctamente.
3. Pérdida de apetito y saciedad temprana: sentir que estás lleno después de comer pequeñas porciones es común entre quienes padecen cáncer de hígado. Sumado a la falta de hambre, esto contribuye a una pérdida de peso preocupante.
4. Ictericia: el color amarillento en la piel y los ojos es una de las señales más conocidas de problemas hepáticos. La ictericia ocurre cuando los niveles de bilirrubina se acumulan en la sangre debido a que el hígado no puede procesarla.
5. Hinchazón abdominal: la acumulación de líquido en el abdomen, condición conocida como ascitis, puede causar incomodidad y un visible aumento de tamaño en esta zona.
6. Cambios en la orina y el color de las heces: la orina oscura y las heces pálidas o blanquecinas pueden ser el resultado de un hígado que no filtra adecuadamente las toxinas.
7. Fatiga extrema: si experimentas cansancio severo que no mejora con descanso, puede ser un síntoma de un problema más grave.
8. Picazón en la piel: aunque menos conocido, el cáncer de hígado puede causar picazón debido a niveles elevados de bilirrubina en la sangre.
La importancia de un diagnóstico temprano
Aunque no todos los casos de alteraciones hepáticas indican cáncer, es mejor descartar cualquier posibilidad. El diagnóstico temprano puede aumentar significativamente las opciones de tratamiento.
Los profesionales de la salud suelen realizar:
- Exámenes físicos: palpan el abdomen para detectar masas o bultos sospechosos.
- Pruebas de laboratorio: los análisis de sangre, como la medición de los niveles de alfa-fetoproteína (AFP), ayudan a evaluar la función hepática.
- Imágenes médicas: técnicas como la ecografía, la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RM) permiten localizar cualquier anomalía.
En algunos casos, puede ser necesario realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico.

Opciones de tratamiento disponibles
El tratamiento dependerá de la etapa en la que se detecte el cáncer. En fases iniciales, es posible recurrir a:
- Cirugía: se puede extirpar la parte afectada del hígado. En casos más avanzados, el trasplante puede ser una opción.
- Terapias dirigidas localmente: como la ablación por radiofrecuencia, crioterapia o inyecciones de alcohol para destruir células cancerígenas.
- Quimioterapia o inmunoterapia: usadas en etapas avanzadas para controlar el crecimiento o reducir los síntomas.
Es prioritario planificar el tratamiento con un equipo médico especialista para personalizar las opciones según las necesidades específicas de cada persona.
¿Cómo prevenir el cáncer de hígado?
Aunque no siempre es posible prevenir el cáncer de hígado, ciertos hábitos pueden reducir el riesgo:
- Vacúnate contra la hepatitis B y realiza pruebas para detectar la hepatitis C si formas parte de una población de riesgo.
- Modera el consumo de alcohol y evita fumar.
- Mantén un peso saludable con una dieta equilibrada y ejercicio regular.
- Consulta con tu médico si tienes antecedentes de enfermedades hepáticas o cirrosis.
Recuerda que la prevención es siempre el mejor tratamiento.