El aceite de coco es un factor de riesgo para el aumento del colesterol

Por muchos años el aceite de coco se ha considerado como un “super alimento” cargado de bondades para el funcionamiento del organismo. Sin embargo, estudios recientes demuestran que también podría ser perjudicial en algunos aspectos, específicamente en la producción de colesterol malo.
En este post te comentamos por qué el aceite de coco es un factor determinante en el incremento de los niveles de colesterol en la sangre.
Relación entre el aceite de coco y el colesterol malo
Karin Michels, docente de Harvard T.H. Chan School of Public Health en el departamento de epidemiología, realizó un estudio y análisis exhaustivo sobre la composición del aceite de coco y sus alcances en el organismo.
Durante un encuentro en una conferencia, la profesora comentó que este producto representa un potencial riesgo para la salud del corazón. Esto sucede porque está compuesto casi en su totalidad (86%) por ácidos grasos saturados, lo que fomenta el bloqueo de las arterias coronarias, provocando ataques cardíacos.
Aunado a ello, tras un análisis de más de 100 casos realizados en 1950, los científicos determinaron que las grasas saturadas incrementan considerablemente el colesterol malo. Siendo el aceite de coco un producto conformado por estas sustancias, de allí que sea considerado como un factor de riesgo que provoca alteraciones cardíacas.
Recordemos que el aceite de coco es extraído de la carne de la fruta y contiene esencialmente grasas saturadas, las mismas que posee la mantequilla y la carne roja. Y al igual que estos dos últimos alimentos, tiende a fomentar el aumento del colesterol.
¿Consumirlo o no consumirlo?
Si bien esta sería otra cara de la moneda respecto a los estudios que arrojan los beneficios del aceite de coco, considerando su nivel de grasas saturadas su consumo debería ser limitado.
Diversos científicos y profesionales médicos que han participado en estudios sobre el aceite de coco, sugieren que sí puede integrarse en la dieta, pero de una forma controlada. Igualmente, recomiendan no consumirlo de forma diaria y utilizar en su lugar aceites vegetales como el de soja, oliva o colza.
Asimismo, se puede complementar la dieta con frutos como nueces o semillas como primordial fuente de grasas en la dieta diaria.
Como cualquier otro alimento, el consumo excesivo del aceite de coco puede ocasionar efectos adversos en el organismo. Por ende, su ingesta debe ser controlada y limitada, y no se puede considerar como una fuente principal de grasa, sino complementaria.