Adolescente se introdujo una pila para “tener más energía” y los médicos quedaron en shock

El silencio en la sala se rompió con un suspiro. Los médicos miraron la radiografía y no podían creerlo: una pila AA aparecía claramente en el recto de un joven de 16 años. Pasó en Bogotá, Colombia, y empezó como una decisión impulsiva con una promesa falsa, más energía para estudiar, menos cansancio y mejores notas.
El adolescente llegó con dolor y vergüenza, acompañado por su padre. Detrás de ese gesto había una mezcla de presión académica, desinformación y mensajes virales que venden soluciones mágicas. ¿Qué lleva a un chico a hacer algo tan peligroso? La historia incomoda, pero también abre una puerta para hablar con claridad sobre salud, prevención y el poder que tienen las redes en la mente de los más jóvenes.
¿Qué pasó exactamente con este adolescente?
Según reportes locales de septiembre de 2025, el joven insertó una pila AA por el ano con la idea de que, igual que un dispositivo, su cuerpo podría “recargarse”. Al poco tiempo sintió dolor intenso, ardor y la sensación de presión interna. Intentó retirarla sin éxito. Con miedo y cada vez más molestias, pidió ayuda a su padre, quien lo llevó a un centro médico.
En el hospital, el personal realizó una evaluación rápida, la zona perianal mostraba irritación, y la radiografía confirmó la presencia de la batería. Los médicos, sorprendidos por la ubicación y el riesgo, prepararon un procedimiento de extracción controlada. Utilizaron instrumentos adecuados y lubricación, con monitoreo constante para evitar desgarros o perforación. La batería fue retirada sin complicaciones mayores.
El diagnóstico inicial fue irritación e inflamación del canal rectal, con riesgo de infección por el contacto con sustancias de la pila. El equipo médico indicó tratamiento con analgésicos y antibióticos, además de vigilancia en las horas siguientes. Fuentes sanitarias advirtieron que este tipo de objetos puede provocar lesiones severas en poco tiempo, sobre todo si la carcasa se corroe. Señalaron que, aunque el caso terminó sin daños permanentes, la suerte no siempre acompaña a decisiones así.
La motivación detrás de esta decisión impulsiva
El joven estaba agotado por el estudio y buscaba rendir más, mantenerse despierto y superar la presión. En ese contexto, una idea falsa puede parecer una salida rápida. La comparación con una batería que “da energía” suena simple, casi lógica para una mente cansada. A eso se suman vídeos y publicaciones que difunden “hacks” de energía sin base médica, a menudo en TikTok o Instagram.
El examen sorprendió a todo el equipo, porque nadie espera encontrar una pila en esa zona. El procedimiento se realizó con calma y técnica para prevenir desgarros. Se usaron pinzas especiales y guía visual. Tras la extracción, se limpió el área, se evaluó el tejido y se indicó reposo relativo.
La buena noticia fue clara, no hubo perforación, sangrado severo ni fugas químicas en el intestino. Aun así, el protocolo incluyó antibióticos para prevenir infecciones y seguimiento clínico para descartar complicaciones tardías. Fue un final favorable para un acto que pudo tener otro desenlace.

Los peligros reales de insertar objetos en el cuerpo
Insertar objetos en el recto puede causar quemas químicas, infecciones, sangrado, laceraciones y perforación intestinal. Cuando el objeto es una batería, el riesgo se multiplica porque la corrosión libera hidróxido y metales que dañan el tejido. En minutos pueden aparecer úlceras y necrosis. Si hay fuga, aumenta la posibilidad de envenenamiento y de una emergencia quirúrgica.
Los especialistas recomiendan acudir al hospital ante cualquier objeto retenido. No hay remedios caseros seguros, ni lubricantes improvisados, ni maniobras que se puedan hacer sin entrenamiento. La intervención médica rápida reduce daños y salva vidas.
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