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Salud

Alzheimer: el fármaco ‘milagroso’ que causa hemorragias cerebrales mortales en un tercio de los pacientes

Una nueva esperanza surgió recientemente para los pacientes con Alzheimer en etapa temprana, pero no llegó sin controversia. Los medicamentos como donanemab y lecanemab, aclamados por su capacidad para ralentizar el deterioro cognitivo, también han desencadenado preocupaciones alarmantes debido a su vínculo con hemorragias cerebrales. Aunque representan una luz al final del túnel para muchos, es crucial entender los riesgos asociados.

¿Qué hace a donanemab un tratamiento revolucionario?

El donanemab, desarrollado por Eli Lilly, se ha posicionado como un avance en la lucha contra el Alzheimer. Este medicamento trabaja eliminando las placas de beta amiloide, una proteína que se acumula en el cerebro y es conocida por empeorar la progresión de la enfermedad. En estudios clínicos, los pacientes con Alzheimer temprano experimentaron una ralentización de hasta un 35% en el deterioro cognitivo y funcional.

Si bien estas cifras iniciales son alentadoras, los efectos secundarios graves no tardaron en emerger. Más de un 31% de los pacientes tratados con donanemab desarrollaron hemorragias cerebrales, comparado con solo el 1.9% de los que recibieron un placebo.

¿Por qué ocurren las hemorragias cerebrales?

El principal culpable de estos efectos secundarios parece ser un fenómeno conocido como anomalías relacionadas con imágenes amiloides (ARIA, por sus siglas en inglés), las cuales incluyen tanto hinchazón cerebral como hemorragias, que pueden causar síntomas alarmantes como confusión, vértigo y náuseas en algunos pacientes.

El problema radica en cómo el medicamento afecta los vasos sanguíneos del cerebro. Aquellos con angiopatía amiloide cerebral (CAA), una condición donde la proteína beta amiloide se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos cerebrales, parecen ser particularmente vulnerables. Cuando estas placas son eliminadas demasiado rápido, las paredes debilitadas de los vasos pueden romperse, causando hemorragias.

Lecanemab: otra opción con riesgos similares

Otro medicamento, el lecanemab, también recientemente aprobado por la FDA, ha mostrado un impacto modesto en la ralentización de la enfermedad. Sin embargo, al igual que donanemab, presenta riesgos significativos. Durante los ensayos clínicos, aproximadamente un 17% de los pacientes tratados con lecanemab experimentaron hemorragias cerebrales y alrededor del 12.6% desarrolló hinchazón cerebral.

Entre las preocupaciones, expertos cuestionan si la modesta mejora cognitiva del lecanemab (un 27% más lento en el deterioro en comparación con el placebo) justifica el alto riesgo de efectos secundarios severos. Esto plantea interrogantes sobre el equilibrio entre beneficios y riesgos en tratamientos revolucionarios como estos.

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Foto: Freepik

El respaldo de las autoridades y las advertencias

A pesar de los avances científicos, estos medicamentos no están exentos de supervisión estricta. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) estadounidense ha emitido su advertencia más severa, conocida como “advertencia en caja”, para ambos medicamentos. Esto asegura que los riesgos sean destacados explícitamente en las etiquetas de los productos.

En el caso del Reino Unido, la situación es más restrictiva: el organismo regulador NICE ha bloqueado el uso de donanemab en territorio británico debido a los riesgos significativos para la salud y la incertidumbre sobre su eficacia a largo plazo. Esto refleja la cautela con la que los gobiernos analizan este tipo de avances médicos.

Perspectivas futuras: ¿Hay esperanza?

Aunque los riesgos asociados con donanemab y lecanemab son innegables, los científicos ven una oportunidad de mejora. Algunos investigadores proponen terapias combinadas que no solo eliminen las placas de beta amiloide, sino que también ayuden a proteger los vasos sanguíneos debilitados. Este enfoque híbrido podría ser la clave para maximizar los beneficios mientras se minimizan los efectos secundarios.

El estudio de modelos animales, como ratas con angiopatía amiloide cerebral, también ofrece pistas valiosas. Comprender cómo estas condiciones se desarrollan y responden a nuevos tratamientos podría abrir puertas a medicamentos más seguros y efectivos.

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