Ascitis: ¿Qué es y por qué aparece con el mal funcionamiento del hígado?

Se conoce como ascitis cuando se acumulan más de 25 mililitros de líquido en el interior del abdomen. Esto suele producirse cuando el funcionamiento del hígado se ve afectado. Veamos con más detalles de qué se trata y cómo se puede tratar este problema.
Causas de la ascitis.
Cuando el hígado no puede funcionar con normalidad, el líquido puede llegar a llenar el espacio entre el revestimiento abdominal y los órganos. Según algunas investigaciones estadísticas, el índice de supervivencia a dos años es del 50%.
Este padecimiento suele desencadenarse por la cicatrización del hígado, conocida como cirrosis que aumenta la presión dentro de los vasos sanguíneos en el hígado. Esta presión puede forzar la entrada de líquido en la cavidad abdominal, provocando la ascitis.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
El principal factor de riesgo para la ascitis es el daño hepático. Algunas causas responsables del daño hepático son cirrosis, Hepatitis B o C, consumo excesivo de alcohol, cáncer de ovarios, insuficiencia renal o cardiaca, tuberculosis e hipotiroidismo.
¿Cuándo es momento de contactar a un profesional?
Los síntomas de la ascitis pueden variar dependiendo de la causa que provoque la acumulación de líquido. La mayoría de los síntomas no suelen ser una señal de alarma, pero es importante hablar con un médico si se pasa por uno o más de estos padecimientos:
- Abdomen hinchado.
- Dificultad para respirar al estar acostado.
- Dolor abdominal.
- Náuseas y vómitos.
¿Cómo se diagnostica la ascitis?
El proceso diagnóstico de la ascitis requiere varios pasos a seguir. El primer paso es comprobar si se tiene hinchazón abdominal. En caso de que no, se usan imágenes u otros métodos de prueba para buscar la presencia del líquido. Las pruebas que se pueden poner en marcha son: Ultrasonidos, TAC, resonancia magnética, análisis de sangre y laparoscopia.
¿Cómo se puede tratar?
El tratamiento de la ascitis depende completamente de la causa de la enfermedad. Veamos las alternativas de tratamiento para cada tipo de caso:
Diuréticos.
Los diuréticos son usados con frecuencia para tratar la ascitis y pueden solucionar el problema de la mayoría de las personas con esta enfermedad. Estos medicamentos aumentan la cantidad de sal y agua que el cuerpo va a eliminar, reduciendo la presión en las venas que rodean al hígado.
Mientras que se están consumiendo diuréticos, el médico debe controlar el estado sanguíneo del organismo. También se tiene que reducir el consumo de alcohol y sal.
Paracentesis.
Este procedimiento requiere del uso de una aguja larga y fina para eliminar el exceso de líquido del organismo, esta se introduce en la cavidad abdominal. Por este método, existe un riesgo muy alto de infección, por lo que las personas que pasan por la paracentesis suelen tener que apegarse a un tratamiento con antibióticos.
Cirugía.
En los casos más extremos, se requiere la implantación de un tubo permanente llamado derivación, el cual redirige el flujo sanguíneo alrededor del hígado. Además, En estos casos se puede recomendar un trasplante de hígado cuando la ascitis no responde a los otros métodos de tratamiento.
No es posible prevenir la aparición de la ascitis. Sin embargo, es posible reducir el impacto de esta enfermedad protegiendo al hígado adoptando algunos hábitos saludables como beber menos alcohol para prevenir la cirrosis, vacunarse contra la hepatitis B y evitar las relaciones sexuales sin protección, ya que la hepatitis puede transmitirse por el contacto sexual.
