Cáncer de mama: perder peso reduce los riesgos

Las mujeres que logran perder peso sin aumentarlo tienen un riesgo reducido de contraer cáncer de mama. Esta es la razón.
Incluso hoy en día, es difícil identificar claramente las causas del cáncer de mama (como muchos otros cánceres). Se sabe, sin embargo, que algunos factores tienen un impacto significativo en el riesgo de enfermarse. Entre ellos, el sobrepeso y la obesidad juegan un papel importante. Se ha confirmado que la pérdida de peso disminuye las posibilidades de enfermarse. Esto está respaldado por un estudio realizado por un grupo de investigadores estadounidenses de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y publicado en el Journal of the National Cancer Institute.
El sobrepeso es una verdadera enfermedad
A pesar de las campañas realizadas en los últimos años, todavía hay quienes piensan que el sobrepeso y la obesidad son sólo trastornos estéticos. En realidad, se trata de dos enfermedades reales, que no sólo son peligrosas en sí mismas, sino que también aumentan la probabilidad de desarrollar otras enfermedades, incluido el cáncer de mama. La comunidad científica ha establecido ahora que el exceso de peso es uno de los factores de riesgo de varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama. Sin embargo, hasta ahora ningún estudio ha demostrado una correlación entre la pérdida de peso y la disminución del riesgo. Ahora, sin embargo, nuevas investigaciones han revelado que el efecto negativo de un exceso de peso en las posibilidades de enfermarse es reversible, perdiendo peso.
Un estudio muy amplio
La investigación ha involucrado a más de 180.000 mujeres durante una década, tiempo durante el cual los estudiosos han monitoreado constantemente sus condiciones de salud. Las mujeres fueron pesadas tres veces: al principio, a la mitad y al final del período de observación. El objetivo era ver si había alguna correlación entre el riesgo de desarrollar cáncer de mama y el peso corporal.
La pérdida de peso es buena para la salud
Comparando los datos recopilados, los expertos encontraron que las mujeres que habían seguido una dieta y habían perdido peso, sin recuperar los kilos perdidos, tenían un riesgo significativamente menor de cáncer de mama en comparación con las mujeres que habían mantenido el mismo peso. En detalle, aquellas que habían perdido de 2 a 4,5 kg tenían un 13% menos de probabilidades de enfermarse que las mujeres cuyo peso se había mantenido estable. Los participantes que habían perdido entre 4,5 y 9 kg, por otra parte, tenían un 16% menos de probabilidades de estar enfermas. Finalmente, en las mujeres que habían perdido 9 kg o más, la reducción del riesgo fue del 26%. Los estudiosos concluyeron que las mujeres pueden cambiar sustancialmente su riesgo de padecer cáncer de mama si cambian su estilo de vida.
