Caso insólito: lo auxilian tras un accidente, roba el coche de quien lo ayudó y vuelve a chocar minutos después

El coche de un hombre de cuarenta y siete años chocó contra una barandilla y quedó parcialmente colgado, con parte del vehículo suspendido sobre el vacío, como si estuviera a punto de caer al agua. El peligro era evidente, tanto para el conductor como para el resto de usuarios de la vía.
Otro conductor se detuvo, aseguró la zona y, con una eslinga, logró sacar el vehículo del borde del puente. Parecía el desenlace típico de una historia de ayuda en carretera. Sin embargo, lo que vino después rompió cualquier lógica de gratitud y convirtió el suceso en un caso que ha dado la vuelta a los medios.
Tras liberar el coche que había quedado medio colgado, el conductor auxiliado estaba vivo de milagro, gracias a que había recibido ayuda rápida, desinteresada y eficaz. En lugar de agradecer, aprovechó un momento de descuido del rescatador, se subió al coche de la persona que le había salvado de una situación de alto riesgo y arrancó sin permiso. Esa decisión fue una auténtica traición a la ayuda recibida y cambió por completo el tono de la historia.
El segundo accidente y la actuación de la policía
A tan solo unos kilómetros, el conductor perdió de nuevo el control del coche robado y sufrió otro accidente. El vehículo del buen samaritano acabó en siniestro total, destrozado en la cuneta, mientras el responsable sumaba un segundo siniestro en muy poco tiempo. Patrullas de la Guardia Civil en España acudieron, atendieron la emergencia, recopilaron datos y reconstruyeron lo ocurrido en ese corto tramo de la CL-627. Allí comprobaron que el hombre ya venía de un primer accidente, que había huido con un coche ajeno y que la situación iba mucho más allá de un simple despiste.
Drogas, carnet sin puntos y delitos
La gravedad del caso no está solo en la cadena de accidentes, sino en todo lo que había detrás. La Guardia Civil sometió al conductor a pruebas de alcohol y drogas, dando negativo en alcohol, pero positivo en consumo de sustancias, lo que ya supone un serio problema para la seguridad en carretera. Además, comprobaron que no tenía permiso de conducir porque había perdido la totalidad de los puntos del carnet.
Conducir en ese estado y en esas condiciones multiplica el riesgo para todos. Hablamos de un hombre que, pese a no tener puntos, seguía al volante, con consumo de drogas reciente y que, para colmo, terminó investigado por varios delitos. No es un simple error, es una cadena de decisiones que ponen en peligro la vida de muchas personas en muy poco tiempo.

Conducir bajo los efectos de las drogas y sin permiso
Conducir bajo los efectos de las drogas reduce reflejos, distorsiona la percepción del riesgo y hace que un frenazo o una curva lleguen tarde en la cabeza del conductor. A eso se suma la pérdida de todos los puntos del carnet, que indica un historial previo de infracciones. Cuando alguien insiste en ponerse al volante sin puntos y bajo sustancias, entra de lleno en los delitos contra la seguridad vial. Esto puede acabar en penas de prisión, fuertes multas y largos periodos sin poder obtener de nuevo el permiso, aparte de la responsabilidad civil por los daños causados.
Hurto de uso de vehículo y consecuencias legales
Lo que ocurrió con el coche del hombre que ayudó no fue un malentendido, fue hurto de uso de vehículo. En palabras sencillas, se trata de usar un coche sin permiso de su dueño, aunque no haya intención inicial de quedárselo para siempre. En este caso, el daño se agrava porque el vehículo terminó en siniestro total, con una pérdida económica y emocional para la víctima que había actuado de buena fe. La Guardia Civil investiga tres delitos en total y será ahora un juez quien tenga la última palabra sobre las penas, en función de los informes y de todo lo que se acredite en el procedimiento.
Cómo ayudar en un accidente de tráfico sin ponerte en peligro
Lo primero siempre es tu propia seguridad. Antes de acercarte, señaliza el lugar todo lo que puedas, ponte un chaleco reflectante y coloca tu coche en un punto seguro, lejos de curvas o cambios de rasante. Después, llama al ciento doce, explica lo que ves y sigue sus indicaciones. Puedes ayudar, tranquilizar, acompañar y apartar a alguien del peligro, pero nunca debes cruzar la calzada sin necesidad ni ponerte en una posición en la que un segundo choque pueda convertirte en otra víctima.
El caso del robo recuerda que, aunque la mayoría de la gente es honesta, conviene ser prudente. Si paras a ayudar, apaga tu coche, retira las llaves y no dejes a la vista objetos de valor. Puedes estar pendiente de la persona herida y, al mismo tiempo, proteger tu vehículo. Mantén la calma, observa la situación y, si algo te resulta raro, comunícalo a la Guardia Civil o a la Policía desde el primer momento para que lo tengan en cuenta.
