Clítoris hinchado: ¿cuáles son las posibles causas?
Conocer las razones detrás de la inflamación ayuda a cuidar la salud íntima y a actuar rápido si es necesario.

Sentir el clítoris hinchado puede ser una experiencia desconcertante, pero no siempre indica algo malo. Este síntoma puede ser parte de un proceso natural y normal, aunque en algunos casos está vinculado a enfermedades o infecciones que merecen atención médica. ¿Por qué puede hincharse el clítoris?
El clítoris, por su rica red de terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, puede reaccionar de distintas formas ante estímulos o factores externos. A veces, el aumento de tamaño es pasajero y natural, como ocurre con la excitación sexual. Otras veces, hay señales de alerta que señalan infecciones, irritaciones o trastornos hormonales. Saber diferenciar entre ambos escenarios resulta clave para decidir cuándo consultar con un profesional.
Excitación sexual y cambios fisiológicos
El clítoris se hincha durante la excitación sexual gracias al aumento del flujo sanguíneo en toda la zona genital. Este cambio es completamente normal y suele ir acompañado de más sensibilidad y placer. A medida que crece la excitación, el clítoris puede notarse más grande y tenso. Cuando el estímulo desaparece, vuelve a su tamaño habitual sin dejar molestias relevantes.
Infecciones y enfermedades de transmisión sexual
Existen infecciones vaginales, como la candidiasis, el herpes genital o la gonorrea, que pueden provocar hinchazón, picor, ardor o dolor en la zona del clítoris. Este tipo de molestia suele ir acompañada de flujo vaginal inusual, rojez, pequeñas heridas o hasta fiebre. En estos casos, es importante acudir al médico, ya que un tratamiento rápido evita complicaciones y previene la transmisión a otras personas.

Otras causas comunes de inflamación e irritación
El clítoris también puede hincharse o volverse sensible por razones ajenas a infecciones, muchas veces relacionadas con el contacto, los productos usados o los hábitos cotidianos.
Traumatismos, fricción o prácticas sexuales intensas
Practicar sexo intenso, usar juguetes, depilarse con cera o rasuradoras, o ropa muy apretada puede causar microlesiones y roces que desembocan en inflamación temporal. En la mayoría de los casos, la molestia desaparece por sí sola al cabo de unas horas o días si la zona descansa y se evita la fricción continuada. Si los síntomas persisten o empeoran, conviene asegurarse de que no existe otra causa.
Factores hormonales y sequedad vaginal
Cambios hormonales, como los de la menopausia, el embarazo o algunas enfermedades endocrinas, disminuyen la lubricación natural de la vagina. Esta sequedad puede provocar sensibilidad, picor, y aumentar el riesgo de lesiones menores o infecciones en el clítoris. Las alteraciones en los niveles de estrógeno favorecen la fragilidad de la mucosa genital y pueden contribuir a la hinchazón.
Dermatitis, alergias y otras afecciones dermatológicas
No es raro que el clítoris reaccione a productos higiénicos perfumados, jabones, toallas húmedas o detergentes con enrojecimiento, picazón e hinchazón. Algunos materiales sintéticos en la ropa interior o protectores diarios pueden actuar como irritantes o incluso provocar reacciones alérgicas. Enfermedades como la dermatitis vulvar o liquen escleroso también inflaman la zona y generan incomodidad.
Cuándo acudir al médico
Si el clítoris hinchado va acompañado de dolor intenso que no cede, secreciones anormales, fiebre, sangrado, úlceras o dificultad para orinar, hay que buscar atención médica cuanto antes. El especialista puede realizar análisis y exámenes para identificar la causa y elegir un tratamiento seguro. Ignorar estos avisos retrasa la recuperación e incluso puede derivar en problemas mayores.
Mantener la salud del clítoris y la vulva depende de pequeños hábitos en el día a día. Se recomienda optar por una higiene suave: lavar la zona solo con agua o limpiadores íntimos sin perfume, y secar perfectamente. Evitar productos irritantes, elegir ropa interior de algodón y cambiarla a diario también ayuda. Usar preservativo protege frente a infecciones de transmisión sexual, mientras que la lubricación eficiente, sobre todo antes del sexo, previene lesiones. Ante cualquier molestia que no desaparece, lo mejor es consultar sin vergüenza ni demora.