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Estilo de vida

Cosas que te impiden bajar de peso, ¿las conocías?

Muchas personas se esfuerzan, cuentan calorías y se inscriben en el gimnasio, pero la báscula no se mueve y esto puede resultar frustrante, sobre todo cuando no ves un cambio a pesar de tus intentos. Lo que muchos no saben es que existen factores fuera de tu control inmediato que pueden estar saboteando tus logros.

Hábitos alimentarios que frenan la pérdida de peso

A veces, elegir qué comer parece fácil, pero las rutinas que adoptas pueden estar llenas de trampas. Consumir muchas bebidas azucaradas, pasarte con los alimentos procesados o saltarte comidas puede influir más de lo que imaginas. Cuando eliges refrescos o jugos industriales, agregas calorías vacías; tu cuerpo recibe energía, pero ningún nutriente importante. Saltarse comidas, lejos de ayudar, puede llevarte a comer de más en la siguiente oportunidad y a ralentizar tu metabolismo.

El exceso de azúcar y productos ultraprocesados dispara los niveles de insulina, lo que complica la quema de grasa corporal. Por otra parte, si tu dieta carece de proteínas, puedes perder más masa muscular que grasa, lo que hace que tu metabolismo sea más lento. Una alimentación equilibrada, con verduras frescas, proteínas de calidad, grasas saludables y carbohidratos de bajo índice glucémico, es mucho más efectiva. Comer mejor no es comer menos, sino comer inteligentemente para darle a tu cuerpo lo que necesita.

Foto Freepik

Factores del estilo de vida

Cuando no descansas, tu cuerpo produce más grelina, una hormona que aumenta la sensación de hambre, y menos leptina, que te avisa que ya estás lleno. El resultado es que comes de más y eliges alimentos menos saludables. Si el sueño no es reparador o es muy breve, es más difícil controlar los antojos.

El sedentarismo también juega un papel importante. Si pasas la mayor parte del día sentado, tu cuerpo quema menos calorías y la masa muscular disminuye. Moverte más durante el día (subir escaleras, caminar, hacer tareas domésticas) ayuda a activar tu metabolismo sin necesidad de rutinas extenuantes.

El estrés, por su lado, puede hacerte buscar la comida como consuelo, liberando cortisol, una hormona que favorece el almacenamiento de grasa y aumenta la preferencia por dulces o comidas ricas en grasas. Encontrar formas sencillas de relajarte, como respirar profundo, escuchar música o hablar con amigos, puede mejorar mucho estos factores.

Otras causas menos evidentes

Existen razones menos obvias que pueden frenar tus intentos aunque mantengas una dieta y hagas ejercicio. Algunos medicamentos, como ciertos antidepresivos y corticoides, producen retención de líquidos o alteran la forma en que tu cuerpo usa la energía. Si has notado cambios de peso desde que tomas un tratamiento, consulta con tu médico; a veces es posible buscar alternativas que no tengan este efecto.

Entre las condiciones médicas, el hipotiroidismo es de las más frecuentes, debido a que cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas, el metabolismo se vuelve más lento. Las personas con hipotiroidismo pueden acumular peso con facilidad y les cuesta mucho trabajo perderlo, incluso si siguen una buena dieta. Otras enfermedades hormonales o metabólicas pueden tener el mismo efecto.

No te quedes con la duda si todo lo que intentas parece no funcionar. Un chequeo simple puede ayudarte a identificar si existe alguna causa médica detrás del estancamiento. Abraza el camino sin prisa, escucha lo que tu cuerpo necesita y mantén la confianza en el proceso.

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