¿Cuál es la relación entre el cortisol y el entrenamiento físico?

Las hormonas tienen un papel vital en el funcionamiento de nuestro organismo, es por eso que su alteración puede provocar cambios inesperados en aspectos como nuestro peso e incluso o patologías similares.
En este sentido, la hormona llamada cortisol es una de las más influyentes, recibiendo el apodo de “la hormona del estrés”. El cortisol tiene la función de aumentar la presencia de azúcares en la sangre gracias a la gluconeogénesis, también de suprimir el sistema inmunológico, ayudar al metabolismo de los macronutrientes y controlar la homeostasis de agua y electrolitos.
El cortisol es una hormona producida por nuestro cuerpo de forma natural cuando hay altos índices de estrés durante un tiempo extendido, se trata de una hormona de tipo esteroide que se deriva del colesterol. Esta llamada hormona del estrés tiene una relación bastante estrecha con el rendimiento del entrenamiento físico, especialmente cuando se realiza una actividad deportiva intensa. En este tipo de entrenamientos se corre el riesgo de aumentar los niveles de cortisol de forma poco saludable, lo que puede terminar provocando serios problemas de salud.
Los altos niveles de cortisol causan graves problemas de salud al funcionamiento de nuestro cuerpo, de hecho, las cantidades excesivas de esta hormona provocan fatiga, reduce el funcionamiento y tiempo de reacción del sistema inmunitario, aumenta de peso, y, en los casos más serios, podría provocar un aumento de la masa grasa. De hecho, la producción de esta hormona esteroide está directamente relacionada con los niveles de estrés y puede aumentar este estado a niveles que crean situaciones de angustia mental que impiden el desarrollo de tareas cotidianas o la conciliación del sueño, además de dificultar el desarrollo y descanso muscular. Aun así, el objetivo de esta hormona es aumentar la energía útil del cuerpo para que funcione a su máxima capacidad y que luego pueda ser eliminada por medio de la actividad física, lo cual hace que tengan una relación bastante estrecha.
Para poder reducir la presencia de esta hormona en nuestro organismo, la intensidad de las rutinas de entrenamiento y los períodos de recuperación y alimentación deben estar tan cuidados como sea posible, ya que esta es la única forma de sacar el máximo provecho a los procesos de entrenamiento físico o el deporte.
Para mantener bajo control los niveles de cortisol, es importante evitar las situaciones detonantes de estrés y prestar atención a la forma como nos alimentamos y la forma en como llevamos nuestro día a día. También ten en cuenta que los entrenamientos de alta intensidad frecuentes tienen efectos contraproducentes, la actividad física muy intensa solo tiene sentido si se alternan los días de exigencia física con los días de descanso.
Con respecto a la alimentación, el aumento de alimentos ricos en magnesio y omega-3 también son útiles para reducir los niveles de cortisol, te recomendamos si practicas deporte o entrenas a diario que dediques espacios reales para que tu cuerpo tenga tiempo de recuperar sus fuerzas y dejar que los efectos de la actividad física aparezcan durante el descanso.