Dormir por la tarde es bueno, pero solo dos veces por semana

Dormir por la tarde es bueno, pero solo dos veces por semana. La investigación científica sobre el tema a veces contrasta, pero la última en orden de tiempo explica que dormir por la tarde es bueno, pero solo dos veces por semana.
Un estudio realizado por la Universidad de California en San Francisco, publicado en la revista Hart, descubrió una conexión entre el hábito de hacer una o dos siestas por semana y un menor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Sí, el sueño de la tarde es bueno para el corazón, pero debes tener cuidado: si superas este número de dos veces por semana, los beneficios desaparecerán.
Dormir por la tarde 2 veces por semana para mantenerse saludable
Los investigadores monitorearon a 3,462 voluntarios durante aproximadamente cinco años, lo que les hizo registrar sus hábitos en siestas y comparar los datos con incidentes de enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, se supo que aquellos que toman una siesta ocasional por la tarde, una o dos veces por semana, incluso al aire libre, están relacionados con un menor riesgo de ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular que aquellos que no toman siestas.
Otros beneficios que tiene hacer la siesta es que reduce la tensión arterial, facilita el aprendizaje, aumenta la concentración, estimula la creatividad, facilita el resolver problemas, mejora los reflejos, favorece la abstracción y además ayuda a reducir el estrés y el riego de padecer enfermedades cardiovasculares.
Aquellos que hacen más de dos siestas verán desaparecer los beneficios, especialmente en los mayores de 65 años (pero en promedio tienen problemas de salud más complejos).
Los mecanismos fisiológicos que vinculan la siesta durante el día con el riesgo de enfermedades cardiovasculares aún no están claros, pero la investigación contribuye al debate en curso sobre las implicaciones para la salud de la siesta, que la ciencia aún no ha enmarcado bien (algunas investigaciones los consideran dañinos, otros beneficiosos).
En resumen, los investigadores no prometen que un par de siestas por semana reduzca drásticamente el riesgo de enfermedad cardíaca, pero el estudio sugiere que lo fundamental no solo puede ser la duración, sino también la frecuencia, que hasta ahora no se había examinado a fondo.
