El falso médico de TikTok que convirtió su hogar en un quirófano

Felipe Hoyos Foronda, un ciudadano colombiano de 38 años, fue arrestado en Nueva York tras un escándalo sanitario que sacó a la luz uno de los peligros más reales de nuestro tiempo. Este hombre, sin título ni licencia médica, promocionó por redes sociales procedimientos estéticos y convirtió su departamento de Queens en un quirófano clandestino. El resultado: una mujer quedó con muerte cerebral y, al menos, otra víctima fatal.
Hoyos Foronda ofrecía su “servicio profesional” usando vídeos cortos en TikTok y otras plataformas. En marzo de 2025, María Peñaloza decidió confiar en él para la remoción de siliconas en los glúteos. Lo que parecía un procedimiento estético rutinario se convirtió en una pesadilla. En una sala improvisada sin condiciones mínimas de salubridad, recibió lidocaína y una solución salina directamente en su cuerpo.
Durante la intervención, María sufrió un paro cardíaco. La llevaron de urgencia al hospital Mount Sinai Queens, donde los médicos confirmaron que ya presentaba daños cerebrales graves por falta de oxígeno. La familia, devastada, tuvo que tomar la decisión de desconectarla semanas después por la falta de actividad cerebral. El escándalo destapó otra muerte con circunstancias similares, todo apuntando al falso especialista.
Intervención estética ilegal y sus riesgos
El apartamento de Hoyos Foronda no tenía medidas sanitarias, instrumental estéril ni protocolos de emergencia. Aplicó anestesia (lidocaína) sin supervisión médica y monitoreo. La lidocaína mal administrada puede causar arritmias, convulsiones e incluso la muerte, algo que los verdaderos médicos advierten con insistencia. El uso de jeringas no estériles, la carencia de historia clínica y la ausencia de personal capacitado sellaron el destino de la víctima.
Además, supo usar el poder de TikTok y otras redes para dar credibilidad a su supuesta imagen médica. Mostraba “antes y después” de clientas, recomendaba procedimientos, respondía dudas en vídeos en vivo y se presentaba como experto, aunque no tenía estudios, ni cédula ni registro profesional en Estados Unidos. Así logró captar la atención y confianza de mujeres que buscaban resultados rápidos y a menor costo.
Este uso engañoso de redes sociales desdibuja la frontera entre especialistas y farsantes. La viralidad potencia el acceso a miles de personas, multiplicando el peligro. Bajo el disfraz de influencer, Hoyos Foronda cometió prácticas fuera de toda ley, ocultando la realidad de sus peligros.

Reacción de las autoridades y consecuencias legales
El arresto de Hoyos Foronda se produjo en el aeropuerto JFK, cuando intentaba viajar a Colombia. Allí llevaba registros de pacientes, jeringas, medicamentos y material médico, lo suficiente como para dejar claro que se trataba de actividad ilícita sostenida y no de un caso aislado. La Fiscalía de Queens lo acusa de homicidio involuntario, agresión, ejercicio ilegal de la medicina y otros delitos graves.
De ser hallado culpable, enfrenta entre 5 y 15 años de cárcel. Las autoridades piden a posibles víctimas que denuncien. El caso activa además una investigación mayor sobre clínicas clandestinas y estafadores sanitarios que operan bajo anonimato o con nombres inventados en internet.
Procedimientos estéticos sin licencia, un peligro creciente
Este caso no es único, ya que el aumento de “doctores” irregulares en plataformas sociales representa una amenaza para la salud pública. Las redes facilitan la difusión de contenido atractivo y convincente, pero la realidad oculta es peligrosa y muchas veces irreversible.
Por otro lado, las complicaciones más frecuentes van más allá de infecciones o cicatrices: incluyen necrosis, paros cardíacos, muerte cerebral y el fallecimiento de pacientes que, creyendo ahorrar dinero o evitar burocracia, solo encuentran un callejón sin salida.
No olvides que antes de decidir cualquier procedimiento, revisa credenciales, busca opiniones fiables y acude solo a médicos acreditados. La seguridad y la vida no son un lujo ni un experimento. La tragedia de María Peñaloza debe servir para abrir los ojos y decir basta a la peligrosa banalización de la salud en internet.