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Salud

El trabajo soñado si existe: cobra más de 80.000 euros al año por ‘alquilarse’ a sí mismo y “no hacer nada”

Aunque suene increíble, un hombre en Japón ha encontrado una manera única de ganarse la vida: alquilarse para “no hacer nada”. Este curioso modelo de negocio ha llamado la atención de los medios, generando tanta fascinación como preguntas. ¿Cómo funciona? ¿Qué lo hace tan rentable? Aquí te contamos los detalles.

¿Quién es el hombre detrás de esta idea?

Shoji Morimoto, japonés de 39 años, es la mente detrás de esta propuesta inusual. Hace unos años, decidió dejar su empleo habitual porque sentía que no encajaba en el sistema tradicional. En su lugar, creó un servicio donde ofrece “su existencia” para acompañar a otras personas… sin ningún propósito específico.

Aunque pueda sonar simple, su trabajo tiene más matices de lo que parece. Morimoto no realiza tareas domésticas, consejos ni trabajos físicos. Básicamente, su función es estar presente y acompañar a quienes lo contratan. Tanto así que su lema es: “Me alquilo para no hacer nada más que existir”.

¿Qué hacen sus clientes con él?

La diversidad de solicitudes que recibe Morimoto es asombrosa. Algunas personas lo contratan para acompañarlas a comer porque no quieren estar solas. Otras lo buscan para asistir a eventos, como bodas o reuniones familiares, donde prefieren no presentarse sin pareja o compañía.

Un caso curioso fue el de una mujer que lo contrató simplemente para despedirse en silencio en un tren, luego de mudarse a una nueva ciudad. Este acto de presencia emocional, al parecer, es suficiente para sus clientes, que buscan compañía sin juicios ni compromisos.

Morimoto asegura que no juzga a nadie y que su papel es ser un “espacio neutral” para sus clientes. Esto lo ha convertido en un personaje muy solicitado, con hasta tres reservas por día.

¿Cómo gana tanto dinero por este servicio?

Morimoto cobra una tarifa fija que ronda los 10.000 yenes (unos 70 euros) por cada solicitud. Sin embargo, este monto no incluye los gastos como transporte, comida y otras pequeñas necesidades que surjan durante su trabajo.

El éxito de Morimoto también se debe a su presencia en redes sociales. Allí comparte sus experiencias, lo que lo ha ayudado a ganar popularidad y atraer más clientes. Su servicio se ha convertido en una especie de fenómeno cultural, representando una tendencia que desafía las normas tradicionales de productividad laboral.

Con cada reserva, no solo acumula ingresos, sino que también adquiere experiencias únicas. Según se estima, sus ganancias anuales rondan los 80.000 euros, lo que lo convierte en un ejemplo perfecto de cómo una idea fuera de lo común puede convertirse en un ingreso estable.

@morimoto_shoji | Instagram

Por qué esta idea resuena en Japón

El éxito de este modelo de negocio no es casualidad, dado que Japón es un país conocido por su exigente cultura laboral y el alto nivel de presión que enfrentan sus ciudadanos para ser “útiles” y productivos.

Muchas personas sienten la necesidad de desconectarse, buscar compañía sincera y sin intereses ocultos. En este contexto, el servicio de Morimoto ofrece lo que muchos necesitan: presencia humana sin expectativas, algo básico pero poderoso.

Además, su propuesta refleja un cambio en las prioridades de la sociedad, donde empieza a valorarse más el bienestar emocional que el éxito profesional convencional.

¿Podría funcionar esta idea en otros países?

Aunque el concepto es innovador y está funcionando bien en Japón, su éxito fuera del país podría ser cuestionable. Culturas menos orientadas al trabajo y con dinámicas sociales diferentes podrían no entender o aceptar este tipo de servicios.

Sin embargo, en una era donde la salud mental está cobrando protagonismo, tal vez esto no sea tan descabellado como parece. Personas en situaciones de soledad o estrés podrían ver el servicio como una salida terapéutica o simplemente como una forma de encontrar compañía.

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En un mundo cada vez más acelerado, su caso nos recuerda que a veces, “no hacer nada” también tiene un gran valor.

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