Ex reina de belleza asesinó al hijo de su pareja en un ataque de celos
¿Cómo se llega de una corona local a un tribunal por la muerte de un niño? En Georgia, Estados Unidos, el caso de Trinity Madison Poague, ex reina de belleza de Donalsonville, se volvió noticia por una razón devastadora: un jurado la declaró culpable por la muerte de un menor de dieciocho meses, hijo de su pareja.
Poague, de veinte años, mantenía una relación con Julian Williams, padre del niño Romeo, conocido en el proceso como “J.D.”. Los hechos ocurrieron en enero de dos mil veinticuatro dentro de una habitación de residencia universitaria en Georgia. De acuerdo con lo reportado por la investigación estatal, el padre salió por un rato a comprar comida y Poague quedó a solas con el pequeño.
Cuando Williams regresó, el niño estaba muy mal, con vómitos y casi sin responder. Lo llevó de urgencia al hospital, pero el menor murió. La Oficina de Investigación de Georgia informó después el arresto de Poague, mientras el caso avanzaba hacia un juicio que terminó captando atención nacional.
Según testimonios citados por medios locales, en ese intervalo breve se escuchó a un niño llorar durante un rato en el edificio y luego el llanto se detuvo. Poco después vino la salida al hospital. Esa ventana de tiempo fue clave para la acusación, porque situaba a la acusada como la única adulta con el menor durante el tramo central.
Celos, mensajes y señales
La fiscalía sostuvo una teoría dura: celos y resentimiento por la atención que el padre le daba a su hijo, sumado a una relación tensa con el rol de “madrastra” improvisada. En el juicio se presentaron mensajes atribuidos a Poague en los que expresaba rechazo hacia el niño, en una línea que pintaba una convivencia deteriorada.
Los fiscales también argumentaron que ella quería formar su propia familia con Williams, pero sin el peso emocional de criar al hijo que ya existía. No es una explicación que alivie nada, pero sí el marco que, según la acusación, ayudaba a entender el comportamiento que describieron en sala.
Evidencia médica y veredicto
La parte médica fue central. Peritos y fiscales hablaron de lesiones graves compatibles con traumatismo contundente en la cabeza y el torso, y señalaron que no encajaban con una caída simple. También se mencionó que el momento de las lesiones era cercano a la llegada al hospital, lo que reforzaba la discusión sobre quién estuvo con el niño en ese tramo.
En lo legal, el jurado absolvió a Poague del cargo de malice murder, pero la declaró culpable de felony murder y aggravated battery (y se reportaron otros cargos vinculados a crueldad contra menores). La sentencia informada fue cadena perpetua con posibilidad de pedir libertad condicional tras cumplir treinta años. El proceso fue seguido de cerca por medios y transmisiones judiciales.
En términos simples, malice murder apunta a la intención directa de matar. Felony murder puede aplicarse cuando una muerte ocurre durante un delito grave, aunque la discusión de intención sea distinta.
Este caso dejó una estela de dolor: un niño murió, una ex reina de belleza fue declarada culpable y el tribunal impuso una condena de por vida, con opción de libertad condicional tras décadas. Más allá de titulares, lo que queda es la necesidad de mirar de frente las señales de violencia infantil. Si alguien se siente rebasado cuidando a un menor, pedir ayuda a tiempo puede evitar una tragedia irreversible.
Trinity Poague was found guilty of felony murder and aggravated battery in the death of her ex-boyfriend’s child, Jaxton Dru Angeles. The 18-month-old was found unresponsive in her college dorm in January 2024. He was taken to the hospital, where he later died. pic.twitter.com/4YDEIke0u9
— Law&Crime Network (@LawCrimeNetwork) December 5, 2025