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Insólito

Hombre viola a su hijastra durante años, la deja embarazada y junto a su madre le provoca un aborto a golpes

El reciente caso de abuso sexual infantil ocurrido en Granda, ha generado una ola de indignación, dolor y debate social en toda España. El caso involucra a un hombre que violó durante años a su hijastra, quedando la menor embarazada y provocándole un aborto mediante golpes, todo con la complicidad y el silencio de su madre.

La historia de esta niña comenzó a torcerse cuando su madre inició una relación con el agresor hace varios años. La relación de pareja venía precedida de un clima familiar hostil y tensiones constantes, donde la figura del padrastro terminó imponiendo miedo y control.

Cuando la menor tenía solo seis años, empezó a sufrir humillaciones, gritos y amenazas constantes por parte del padrastro y el ambiente en casa se llenó de miedo y de un control casi absoluto. A medida que pasaban los años, estas agresiones pasaron de ser únicamente físicas y verbales a incluir el abuso sexual. La madre, lejos de ser el refugio de la niña, miró hacia otro lado, manteniendo el secreto e impidiendo a la niña cualquier posibilidad de pedir ayuda.

Las violaciones por parte del padrastro fueron reiteradas y se extendieron durante años. El abuso era su rutina, y el silencio la norma impuesta bajo amenazas de dañar a la niña o incluso matarla si hablaba. La menor vivía con la angustia diaria y una presión psicológica imposible de describir para quienes no la han sufrido. Alrededor, la vida seguía, pero el peligro era permanente dentro de las paredes de su casa.

Embarazo y aborto forzado

El temor a que la verdad saliera a la luz fue tal que, según ha trascendido en la investigación, el padrastro y la madre le provocaron un aborto a la niña golpeándola brutalmente. La menor nunca recibió atención médica, ni escuchó una palabra de consuelo. El secreto duró hasta que la menor, asfixiada por el dolor y la culpa, logró pedir ayuda fuera del círculo familiar.

Abuso sexual infantil en España

El abuso sexual infantil en España es más común de lo que muchos creen. Si bien las cifras oficiales dejan fuera muchos casos (por miedo y silencio, la gran mayoría nunca se denuncia), se estima que 1 de cada 5 niñas y 1 de cada 7 niños sufrirán abuso sexual antes de la mayoría de edad. La mayoría de las víctimas son niñas y adolescentes, siendo el núcleo familiar el lugar más peligroso en muchos casos.

El perfil del agresor suele ser un hombre conocido por la familia, muchas veces padrastros, tíos o incluso padres biológicos. Más del 80% de los casos de abuso sexual infantil ocurren en un entorno familiar o cercano. Los agresores se valen de la confianza o del miedo para aislar y someter a su víctima, y mantienen el secreto a través de amenazas y manipulación. En la última década, las denuncias han aumentado, especialmente gracias a una mayor conciencia y a la presión social por romper el silencio.

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Leyes y penas en España ante el abuso sexual infantil

El Código Penal español contempla penas severas para el abuso sexual a menores, especialmente cuando concurren agravantes como la violencia física, el embarazo o la relación de superioridad o parentesco. La Ley Orgánica 10/2022 de Garantía Integral de la Libertad Sexual refuerza la protección de la infancia y endurece las penas, llegando incluso hasta los 15 años de prisión por los delitos más graves.

Existen herramientas legales para apartar al agresor de la víctima de forma inmediata y proporcionar ayuda psicológica y social. Los agravantes como el abuso continuado, el uso de violencia, o el daño permanente aumentan las penas y pueden considerarse ensañamiento por la justicia. Sin embargo, muchas veces la lentitud en los procedimientos y la dificultad de probar los hechos juegan en contra de una respuesta realmente eficaz.

Prevención, denuncia y apoyo a las víctimas

Denunciar no es fácil cuando el agresor forma parte del círculo familiar, porque el miedo a la represalia, al rechazo o a no ser creído muchas veces paraliza a la víctima. Por eso, la sociedad, los profesionales y las instituciones deben facilitar recursos sencillos, accesibles y confidenciales. Es fundamental ofrecer apoyo psicológico a las víctimas y evitar una revictimización durante el proceso judicial o de protección.

Asimismo, las campañas de sensibilización, los programas específicos en escuelas y un mayor respaldo a los servicios sociales pueden reducir la cifra negra de casos ocultos. Solo con trabajo en equipo y empatía real se puede cambiar la historia de miles de niños y niñas.

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