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Cocina, recetas y alimentos

Los mejores trucos para que el queso se conserve por más tiempo

¿Es mejor dejarlo dentro o fuera de la nevera? ¿Se debe envolver en un film de plástico o lo almacenamos en un táper? Ya estamos por resolver estas y otras dudas

El queso es un alimento muy popular que tiene una conservación limitada. De hecho, muchos expertos afirman que para poder disfrutar al máximo sus propiedades organolépticas, lo mejor es consumirlo en su totalidad una vez abierto.

Sin embargo, a pesar de que seamos amantes de consumirlo, a menudo no comemos el trozo entero al tiempo y sobran algunos pedazos, por lo que en la mayoría de los casos decidimos guardarlos en la nevera.

¿Pero quién no ha echado a perder en algún momento un poco de queso simplemente por no haber sabido conservarlo en las condiciones correctas? La respuesta a esta pregunta es: pocas personas; pero afortunadamente, para evitar estas situación tan molestas, existen algunas técnicas de conservación que se pueden poner en práctica para que no vuelvas a cometer los mismos errores y puedas disfrutar del lácteo durante más tiempo.

La temperatura

Cuando el queso entra en contacto con el calor, pierde parte de su grasa natural, ya que se «pone a sudar», lo cual hace que su textura y sabor se modifiquen. Por lo tanto, es necesario mantenerlo en un lugar fresco. Sin embargo, debes saber que la temperatura requerida puede variar, todo depende del tipo de queso que se quiera conservar.

El envoltorio

Así como el calor afecta la textura del queso, también lo hacen las bajas temperaturas: el frío de la nevera reseca mucho el queso, razón por la cual el envoltorio en el que se conserva es muy importante. De igual manera, las grasas que forman parte del queso absorben rápidamente los sabores, por lo que si no se envuelve bien puede llegar a tomar el olor e incluso el gusto de otros productos que tengamos en el refrigerador.

Una alternativa es utilizar el envase original del queso o emplear papel encerado, como por ejemplo el que se usa en las carnicerías. Si no tenemos, el papel de horno cumple la misma función.

No exageres con las cantidades

A muchas personas les gusta acumular comida para que no les falte, sin embargo, esta práctica no se recomienda en lo que al queso respecta, pues se corre el riesgo de perder una buena parte. Lo ideal es ir comprándolo en pequeñas cantidades, calculando la que se consumirá en el momento, para que cuando se coma este conserve todas sus propiedades y sabor.

Recomendaciones

  1. No utilices el film transparente para envolver quesos maduros o semicurados.
  2. Dentro de la nevera, los quesos más frescos deben colocarse en la parte fría, mientras que los quesos maduros deben colocarse en la parte menos fría.
  3. Los quesos duros o semiduros también pueden guardarse en el congelador, aislados con papel de aluminio.
  4. Comprueba siempre la fecha de caducidad del producto.
  5. Guardar los quesos maduros con papel de horno. Eso permite que los quesos respiren.
  6. Si quieres que la vida del queso se mantenga fresco por mucho tiempo, puedes guardarlo en bolsas para quesos o en papel para quesos, o utilizar las habituales bolsas de papel para alimentos que se suelen usar para el pan.
  7. El envasado al vacío es una excelente técnica de conservación para los quesos de media y larga curación, ya que prolonga considerablemente la vida de este alimento.
  8. Los quesos frescos, como la mozzarella y la ricotta, se conservan más tiempo si se envuelven con film.
  9. Los quesos frescos y blandos solo deben consumirse una vez se compran, puesto que si se congelan, la calidad de estos productos cambia.
  10. Evita el contacto directo del queso con otros alimentos, ya que este es muy susceptible a la contaminación microbiológica que pueden dar otros elementos en la nevera.
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Lidia Baldomero