¿Alguna información? ¿Necesitas contactar al equipo editorial? Envía tus correos electrónicos a [email protected] o ve a nuestro formulario.
Salud

La grave enfermedad que podrías contraer por dormir con tu perro o gato

¿Es peligroso dormir con tu perro o gato? En la mayoría de casas, no pasa nada si la mascota está sana, vacunada y bien cuidada. Aun así, existe un riesgo real de zoonosis en situaciones concretas, sobre todo cuando hay lamidos, arañazos o mordiscos mientras tú estás medio dormido.

La enfermedad que más preocupa por su gravedad es la rabia. Es rara en mascotas controladas, pero si llega a infectar a una persona y no se actúa a tiempo, casi siempre es mortal. Y no es la única infección a tener en cuenta.

La enfermedad más grave

La rabia es un virus que afecta al sistema nervioso. En animales puede causar cambios de conducta, agresividad o, a veces, un comportamiento extrañamente dócil. En humanos, el problema es el tiempo: al principio puede parecer una gripe, pero cuando aparecen síntomas neurológicos, la situación se vuelve crítica.

Importa aclararlo: la rabia no se contagia por “compartir almohada” como tal. El riesgo aparece cuando la saliva de un animal infectado entra en una herida o en mucosas, como ojos, nariz o boca. Y la cama, por cercanía y descuidos, facilita esos contactos.

Cómo podría ocurrir el contagio en la cama (saliva, heridas y mucosas)

Hay escenas muy normales. Un lamido en los labios al despertarte, una caricia con una pequeña herida en la mano, un roce de saliva cerca del ojo, o un mordisco accidental si la mascota se asusta mientras duermes. Si el animal no está vacunado, es callejero, fue rescatado hace poco o tuvo contacto con fauna silvestre, el riesgo sube.

Dormir juntos no crea la rabia, pero puede ser el momento en que ocurre la vía de entrada.

Señales de alerta y qué hacer de inmediato si hay mordedura o lamido en herida

Al inicio pueden aparecer fiebre y malestar. El punto clave es no esperar a ver “qué pasa” si hubo mordedura, arañazo profundo o saliva en una herida. Lava la zona con agua y jabón cuanto antes y acude a urgencias para valorar la profilaxis antirrábica. Lleva, si puedes, la información de vacunas de tu perro o gato y explica el contexto del contacto.

Foto Freepick

Otras infecciones que sí pueden aparecer por contacto cercano al dormir con mascotas

Cuando hablamos de dormir con perros o dormir con gatos, lo más común no es la rabia, sino infecciones tratables que entran por la boca, por microheridas o por el contacto con ropa de cama contaminada. Algunas bacterias digestivas pueden causar diarrea y fiebre, y ciertos parásitos se transmiten por higiene deficiente tras tocar pelo o superficies con restos microscópicos de heces.

También están los hongos de la piel. Si tu mascota tiene una lesión y se acurruca contigo cada noche, la exposición es constante. En personas vulnerables, una infección “tonta” puede complicarse y durar semanas.

Toxoplasmosis en gatos: el mayor cuidado para embarazadas e inmunodeprimidos

La toxoplasmosis se relaciona sobre todo con las heces y el arenero, no con el pelo. Aun así, dormir cerca puede aumentar el contacto indirecto si hay mala higiene de manos o de superficies. En embarazo puede afectar al feto, y en inmunodeprimidos puede ser grave. Lo sensato es extremar higiene y hablar con el médico si hay embarazo.

Tiña, bacterias y parásitos: cuando el lamido y la ropa de cama importan

La tiña puede causar manchas redondas que pican. Bacterias como Campylobacter o Salmonella pueden provocar gastroenteritis si llegan a tu boca por manos o sábanas. Pasteurella, frecuente en la boca de perros y gatos, puede infectar una herida tras un arañazo o un lamido en piel lesionada. Y parásitos como Toxocara, en casos raros, pueden dar problemas oculares. Pulgas y garrapatas suman riesgo por picaduras, aunque no sea “culpa” de la cama.

Quién debería evitar dormir con su perro o gato y cómo reducir el riesgo sin dejar de convivir

Hay hogares donde lo mejor es poner límites. Niños pequeños, mayores, embarazadas e inmunodeprimidos tienen menos margen de error. No es miedo, es biología: se infectan con más facilidad y pueden tener cuadros más intensos.

Lee también:

En esos casos, una opción práctica es que la mascota duerma cerca, pero no pegada a la cara. Evita lamidos, sobre todo en boca, nariz y ojos, y separa camas si el animal está enfermo, con diarrea, con lesiones en piel, o recién llegado de la calle.

Medidas simples que marcan diferencia: vacunas, desparasitación y limpieza

Vacunas al día (incluida rabia donde aplique), desparasitación regular y control de pulgas y garrapatas reducen riesgos de forma directa. Lava manos antes de comer y después de jugar intenso. Cambia y lava sábanas con frecuencia, y aspira el pelo acumulado. Si tu mascota tiene picor, calvas, costras o diarrea, consulta al veterinario antes de volver a dormir juntos.

Dormir con tu perro o gato suele ser seguro si hay cuidados básicos y control veterinario. El riesgo grave es bajo, pero la rabia es la excepción por su severidad: ante mordedura o saliva en una herida, actúa rápido y ve a urgencias. Si en casa hay embarazo, defensas bajas o un niño pequeño, elige un punto medio que funcione para todos. Ante síntomas o dudas, consulta con un profesional y no lo dejes para mañana.

¿Le resultó útil este artículo?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *