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Insólito

Le diagnosticaron un cáncer terminal, se divorció y se acostó con 100 hombres

¿Qué pasa cuando el cuerpo te pone una fecha, pero la mente aún quiere vida? La historia de Molly Kochan volvió a circular con fuerza en dos mil veinticinco por la serie Dying For Sex (FX/Hulu, disponible en Disney+ en varios países). No es un relato morboso, sino humano: un diagnóstico de cáncer de mama, tratamientos que lo cambian todo y, más tarde, un cáncer terminal. En medio de eso, Molly habló de deseo, autonomía, pareja y de lo difícil que puede ser nombrar la sexualidad cuando hay una enfermedad grave.

Molly contó que notó un bulto años antes de recibir un diagnóstico claro. Años después, su vida dio un giro más duro. En dos mil quince, el cáncer se había extendido y el pronóstico pasó a ser terminal, por lo que decidió entonces mirar de frente lo que quería para el tiempo que le quedaba. Esa elección, íntima y polémica para algunos, fue también una forma de decir que seguía viva.

La serie de FX Dying for Sex se hizo sobre su vida después de su muerte (FX)

Cuando te dicen “eres demasiado joven” y el diagnóstico llega tarde

Según su propio relato, aquel bulto inicial no fue tomado en serio, por lo que el diagnóstico llegó más tarde, y con él, la sensación amarga de haber perdido tiempo.

Cuando el cáncer se volvió metastásico, Molly reorganizó sus prioridades. Lo urgente dejó de ser “quedar bien” y pasó a ser sentirse completa. En ese cambio, buscó placer y sentido, como quien abre una ventana en una habitación que se estaba quedando sin aire.

Además, explicó que un tratamiento hormonal, sin entrar en nombres concretos, influyó en su deseo de forma inesperada. Ese detalle se usa mucho para juzgar, cuando lo más útil sería entenderlo como un recordatorio: la enfermedad y sus terapias pueden mover piezas que nadie anticipa.

Molly contó que su libido aumentó con un tratamiento hormonal, aunque lo habitual es escuchar lo contrario. Cada cuerpo responde distinto, y si un cambio así afecta la vida diaria o la relación, conviene hablarlo con el equipo médico.

La reacción del marido y lo que revela sobre pareja, acuerdos y libertad

Como su matrimonio no cubría sus necesidades sexuales, Molly aseguraba que no culpaba a su marido por la falta de intimidad en la pareja. Tras hablarlo con él, empezó a navegar por Internet y a entablar conversaciones con otros hombres.

Según relató, la reacción de su esposo fue de apoyo: le dijo “me parece bien”. A partir de entonces, Molly decidió dedicar los años que le quedaban a “buscar la alegría”, lo que incluyó encuentros sexuales que ella vivió como experiencias liberadoras y estimulantes.

Molly falleció en marzo de 2019. Antes de su muerte, grabó junto a Boyer un pódcast de seis episodios que se publicó de manera póstuma y superó los cinco millones de escuchas. También dejó escritas unas memorias tituladas Screw Cancer: Becoming Whole. Nikki explicó que, para su amiga, “el sexo se sentía como la antítesis de la muerte” y funcionaba como “una gran distracción frente al malestar”.

Si tú o alguien cercano está atravesando un diagnóstico de cáncer, no tienes que hacerlo en soledad. Hablar con alguien que te escuche, te entienda y te apoye puede marcar una gran diferencia. Existen profesionales y líneas de ayuda confidenciales donde recibir orientación, contención emocional y acompañamiento en cada etapa del proceso. Pedir apoyo no es una señal de debilidad, sino un acto de cuidado hacia uno mismo.

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