8 secretos de los hoteles que quizás prefieras no saber

Las sábanas y las mantas no siempre se lavan: todo lo que entre en contacto con la piel del huésped anterior debe lavarse, pero como revela Forrest Jones, incluso los hoteles más lujosos no siempre lo hacen. Especialmente en el caso de las mantas.
La forma de cancelar una reserva en el último minuto sin perder el dinero: Si quieres cancelar la reserva en el último minuto y no perder el depósito, no tienes más que recurrir al siguiente truco. En primer lugar, debes llamar y retrasar tu reserva unos días. Luego, tienes que volver a contactar con ellos (al día siguiente) y anular la reserva. Así te devolverán el dinero.
Los lugares que nunca se limpian: El servicio del hotel tiene un tiempo limitado para limpiar cada habitación. Es por esta razón que no suelen lavar los edredones o las colchas y nunca pasan la escoba bajo la cama o los lugares de difícil acceso. Por tal motivo, el mejor consejo que podemos darte es que no mires debajo de la cama y nunca dejes tu ropa limpia encima de la silla que suele haber en todas las habitaciones.
Reservar mediante una página web es más caro: ¿Sabías que el hotel le paga a las páginas de reserva online una comisión del 30%? Y, ¿quién crees que paga ese 30% de más? nosotros, los clientes. Alguien del hotel nunca te dirá que no reserves por allí porque siempre les servirá que los clientes sepan del hotel a través de ese medio.
Los portaequipajes de madera se ven más elegantes, pero … Tenga cuidado, porque también son muy queridos por las polillas. Lo mejor para los clientes es que vacíen sus maletas, pongan sus cosas en otro lugar, y al mismo tiempo dejen sus maletas en el suelo.
El precio de las habitaciones varía según los costes de construcción del hotel: por regla general, por cada 1000 dólares invertidos en una habitación, el hotel debe solicitar alrededor de 1 dólar por día. Por lo tanto, una habitación por la cual se han pagado 200 mil dólares debería costar un promedio de 200 dólares por noche.
Las fuentes de gérmenes son infinitas: las aspiradoras instaladas en las paredes de la habitación parecen ser los principales contenedores de gérmenes. Otros estudios revelan que incluso el mando a distancia y las lámparas de la mesita de noche están a menudo muy sucias y antihigiénicas: «Quizás porque quienes limpian la habitación olvidan rociar el desinfectante sobre esos objetos».
Las toallas no siempre se cambian: aún peor que las sábanas y mantas sucias, son las toallas usadas por otras personas, que al final de su estancia las dejan en el suelo o encima de la cama.