Los sorprendentes beneficios de la vitamina K2
Hablamos mucho de la vitamina C para las defensas y de la vitamina B para la energía, pero la vitamina K2 suele quedarse en segundo plano. Y es curioso, porque toca un tema que casi todo el mundo cuida, el calcio.
La K2 no “añade” calcio por sí sola. Su papel se parece más al de un controlador de tráfico: ayuda a que el calcio vaya al lugar correcto, sobre todo a huesos y dientes, y que no se quede dando vueltas por sitios donde puede molestar, como las arterias.
Si te interesa la salud ósea, el corazón o incluso el estado de tu sonrisa, esta vitamina merece más atención.
¿Qué es la vitamina K2 y en qué se diferencia de la K1?
La vitamina K es una familia. Las dos más conocidas son la K1 y la K2. La vitamina K1 aparece sobre todo en verduras de hoja verde y se asocia principalmente con la coagulación normal de la sangre.
La vitamina K2, en cambio, se encuentra más en alimentos fermentados y algunos productos de origen animal. Su fama viene de activar proteínas que ayudan a gestionar el calcio. Entre ellas destacan la osteocalcina, relacionada con el hueso, y la MGP, vinculada a la salud de los vasos sanguíneos. Dentro de la K2 hay varias formas (menaquinonas), como MK-4 y MK-7, sin necesidad de entrar en detalles técnicos para entender la idea principal.
Por qué la K2 se relaciona con calcio, huesos, arterias y dientes
Imagina el calcio como ladrillos. Sin un buen “encargado de obra”, esos ladrillos pueden acabar donde no toca. Con suficiente K2, el cuerpo tiene más herramientas para fijar ese calcio en estructuras duras como el hueso y el diente.
Cuando falta, el calcio puede acumularse con más facilidad en tejidos blandos. No es una sentencia, pero sí una razón lógica por la que la K2 aparece tanto en conversaciones sobre arterias y calcificación.
Beneficios de la vitamina K2 que más se buscan (corazón, huesos y salud dental)
Los beneficios de la vitamina K2 se entienden mejor con una frase, calcio en el lugar correcto. La investigación incluye estudios observacionales y algunos ensayos, y todavía sigue avanzando, pero el patrón se repite en tres áreas.
Menos calcificación en arterias, más protección
La K2 participa en la activación de proteínas que ayudan a frenar el depósito de calcio en las paredes de los vasos. En varios trabajos, un mayor consumo de K2 se ha asociado con mejor salud vascular y menor riesgo de problemas circulatorios en ciertos grupos, como personas con hipertensión o diabetes. En ese tipo de análisis, la K1 no siempre muestra la misma relación.
Apoyo a la densidad mineral y menor riesgo de fracturas
En el hueso, la K2 ayuda a “encender” la osteocalcina, una proteína que interviene en la fijación de minerales. Por eso se estudia su relación con la densidad mineral ósea y un menor riesgo de fracturas, sobre todo cuando la dieta aporta poca K2 o en etapas donde el hueso se vuelve más frágil. No es magia, pero sí un apoyo con sentido.
Estabilidad, esmalte y conexión con el hueso de la mandíbula
Dientes y mandíbula forman un equipo. Si el calcio no se deposita bien, la estructura puede resentirse. La K2 se relaciona con una mejor mineralización, lo que puede favorecer la fortaleza del diente y el soporte de las encías a través del hueso.
Cómo obtener más vitamina K2: alimentos, vitamina D y cuándo pensar en suplemento
La forma más simple de empezar es mirar el plato. Por ejemplo, la vitamina D ayuda a absorber el calcio, y la K2 ayuda a dirigirlo. Juntas tienen lógica, especialmente si ya cuidas tu aporte de calcio.
El natto (soja fermentada) es de las fuentes más conocidas. También cuentan otros fermentados como miso o chucrut, y los quesos curados. En alimentos de origen animal, aparecen en mantequilla, yema de huevo, hígado y pollo. Como es una vitamina liposoluble, suele encajar bien con comidas que incluyan grasas saludables.
Si con la dieta no llegas, algunas personas valoran suplementos, a menudo en forma de MK-7 (más duradera) o MK-4 (más corta). Aun así, conviene hablarlo con un profesional, sobre todo si tomas anticoagulantes como warfarina, porque la vitamina K puede interferir con el tratamiento.
Revisa tus alimentos fermentados, cuida tu vitamina D y mantén un estilo de vida que apoye al corazón y al hueso. Si piensas en suplementar, hazlo con guía profesional, tu seguridad va primero.