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Salud

Mitos de la artritis: ¿se debe evitar la actividad física?

La artritis es una afección que afecta a millones de personas en todo el mundo, caracterizada por la inflamación y dolor en las articulaciones. A menudo, quienes la padecen se preguntan si es mejor no hacer actividad física, temiendo que el ejercicio pueda exacerbar sus síntomas.

Estudios recientes han demostrado que un estilo de vida sedentario puede agravar los síntomas de la artritis, mientras que una rutina de ejercicios adecuadamente diseñada puede ofrecer alivio significativo. La clave está en comprender la naturaleza de la enfermedad y cómo el ejercicio afecta al cuerpo. La actividad física no solo ayuda a mantener la movilidad de las articulaciones, sino que también fortalece los músculos que las rodean, proporcionando un soporte adicional.

Es importante aclarar que no cualquier tipo de actividad física es recomendable para las personas con artritis. Los ejercicios deben ser seleccionados y adaptados a las capacidades y necesidades individuales de cada persona. Por tanto, es crucial desmentir algunos mitos sobre la artritis y la actividad física para poder abordar este tema con la debida atención y cuidado.

Mitos comunes sobre la actividad física y la artritis

El ejercicio empeora la artritis: uno de los mitos más persistentes es que si se sufre de artritis, es mejor evitar el ejercicio por temor a dañar más las articulaciones. Sin embargo, la inactividad puede llevar a la rigidez y debilitamiento muscular, que a su vez puede aumentar la carga sobre las articulaciones afectadas y empeorar el dolor.

La actividad física solo debe ser leve: si bien es cierto que los ejercicios de alto impacto pueden no ser adecuados, hay muchas formas de actividad moderada a vigorosa que son beneficiosas. Actividades como la natación, el ciclismo y el yoga pueden ser intensas y, al mismo tiempo, gentiles con las articulaciones.

El dolor significa daño: muchas personas creen que cualquier dolor durante o después del ejercicio es una señal de que están dañando sus articulaciones. Aunque es importante prestar atención al dolor, cierto grado de molestia puede ser normal al empezar una nueva rutina de ejercicios. El dolor que disminuye con el movimiento y no persiste después del ejercicio es generalmente aceptable.

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Beneficios de la actividad física para la artritis

La actividad física es fundamental en el manejo de la artritis. Ejercitarse regularmente conduce a una serie de beneficios que pueden mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esta condición. El primer beneficio es la mejora en la movilidad de las articulaciones. Al mantenerse activo, se promueve la flexibilidad y se evita la rigidez que a menudo acompaña a la artritis.

Además, el ejercicio contribuye a la fortaleza muscular. Los músculos funcionan como un soporte para las articulaciones, y al fortalecerlos se puede reducir la presión sobre estas últimas, disminuyendo el dolor y la inflamación. El ejercicio regular también ayuda a controlar el peso, lo cual es crucial ya que el exceso de peso puede incrementar la tensión en articulaciones afectadas, especialmente en las rodillas y caderas.

Otro beneficio importante es la mejora en la calidad del sueño. Muchas personas con artritis experimentan dificultades para dormir debido al dolor. La actividad física puede ayudar a regular los patrones de sueño, permitiendo un descanso más reparador. Además, el ejercicio tiene efectos positivos en el estado de ánimo, ya que libera endorfinas que son sustancias químicas en el cerebro que actúan como analgésicos naturales y mejoran el bienestar general.

Opinión de expertos sobre la actividad física y la artritis

Los profesionales de la salud concuerdan en que el ejercicio es beneficioso para las personas con artritis. Según reumatólogos y fisioterapeutas, la actividad física debe ser una parte integral del plan de manejo de la artritis. Los expertos subrayan la importancia de personalizar el programa de ejercicios para cada individuo, teniendo en cuenta el tipo de artritis, la severidad de los síntomas y las condiciones generales de salud.

Los expertos también recalcan que la supervisión profesional es importante cuando se inicia una rutina de ejercicio. Un fisioterapeuta o un entrenador especializado pueden asegurarse de que los ejercicios se realicen correctamente y de que se adapten a medida que la persona progresa. Además, pueden proporcionar estrategias para manejar el dolor durante y después de la actividad física.

La investigación también apoya la idea de que la actividad física es segura y eficaz para las personas con artritis. Los estudios han demostrado que los pacientes que participan en programas de ejercicios regulares experimentan menos dolor, mejor función articular y una calidad de vida más alta. Los expertos continúan explorando diferentes tipos de ejercicios y su impacto en la artritis, buscando siempre optimizar los beneficios y minimizar los riesgos.

Otros factores de estilo de vida a considerar en el manejo de la artritis

Además del ejercicio, hay otros aspectos del estilo de vida que son importantes en el manejo de la artritis. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes antiinflamatorios puede ayudar a controlar la inflamación y el dolor. Mantener un peso saludable es esencial para reducir la carga en las articulaciones afectadas.

El manejo del estrés también juega un papel importante. Técnicas de relajación como la meditación y la respiración profunda pueden ayudar a reducir la tensión general, lo que puede tener un impacto positivo en los síntomas de la artritis. Dormir lo suficiente y descansar adecuadamente es igualmente crucial para la recuperación y el bienestar general.

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Veronica Pereira