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Estilo de vida

Nunca debes aguantar las ganas de ir al baño y la razón te sorprenderá

En nuestra vida diaria, a veces nos encontramos en situaciones en las que no podemos ir al baño de inmediato, ya sea porque estamos lejos de uno, no nos sentimos cómodos en ciertos lugares o simplemente no es el momento adecuado. En estas circunstancias, es común que algunas personas aguanten las ganas de hacer caca. Sin embargo, debemos tener en cuenta que hacer esto  puede tener consecuencias negativas para tu salud.

Los peligros de aguantar las ganas

Aguantar las ganas de hacer caca de vez en cuando no suele ser perjudicial, pero hacerlo de manera frecuente puede causar una serie de problemas. Uno de ellos es la constipación, que puede resultar extremadamente incómoda y provocar complicaciones más graves. Además, las personas que aguantan las ganas de manera frecuente pueden llegar a perder la sensación de tener que hacer caca, lo que puede dar lugar a la incontinencia fecal.

Cuando evitamos hacer caca, el intestino grueso absorbe agua de las heces acumuladas en el recto. Esto hace que las heces se vuelvan más duras y difíciles de expulsar. En casos más graves, esta conducta puede llevar a la impactación fecal, que ocurre cuando una masa dura y seca de heces se queda atascada en el colon o el recto. También puede provocar la perforación gastrointestinal, que es una ruptura en la pared del tracto gastrointestinal.

Además, aguantar las ganas de hacer caca puede causar distensión o estiramiento del recto. Si una persona pierde la sensación dentro del recto, conocida como hiposensibilidad rectal, puede experimentar episodios de incontinencia. Incluso se ha sugerido que aguantar las ganas de hacer caca puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de colon debido a la inflamación crónica del colon.

Razones para aguantar las ganas

Existen diversas razones por las que las personas pueden optar por aguantar las ganas de hacer caca. Algunas pueden estar lejos de un baño o encontrarse en una situación en la que no es apropiado ir al baño. Otras pueden sentir vergüenza o timidez de hacer caca en un lugar público y prefieren esperar hasta llegar a casa. En el caso de los niños, algunos pueden desarrollar el hábito de aguantar las ganas para evitar los movimientos intestinales dolorosos o como una respuesta al entrenamiento para usar el baño.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que aguantar las ganas de hacer caca pone en riesgo nuestra salud. Los médicos recomiendan que cuando nuestro cuerpo nos envíe la señal de que necesitamos hacer caca, debemos hacerlo lo antes posible, aunque la situación no sea la más adecuada. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de sufrir problemas como la constipación y sus complicaciones asociadas.

El impacto en los niños

El hábito de aguantar las ganas de hacer caca es especialmente común en los niños. Algunos pueden empezar a hacerlo si encuentran difícil el entrenamiento para usar el baño o si han experimentado constipación en el pasado. A medida que los niños aguantan las ganas de manera repetida, el colon inferior se llena de heces hasta que está completamente lleno. Esto puede llevar a que pierdan la sensación de tener que hacer caca y provoca irregularidades en su urgencia para hacerlo. Como resultado, las heces más blandas pueden empezar a filtrarse alrededor de las heces acumuladas. Si un niño pierde la sensación de tener que hacer caca, es importante buscar atención médica.

El patrón de movimiento intestinal varía de una persona a otra. Algunas personas hacen caca una vez cada dos días, mientras que otras lo hacen varias veces al día. La frecuencia de las deposiciones depende de la edad de la persona y su dieta, pero la mayoría de las personas hacen caca entre una y tres veces al día. Un cambio en el patrón de las deposiciones puede ser un indicio de constipación y debe ser evaluado por un médico. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las diferencias individuales también juegan un papel importante. Por ejemplo, una persona que normalmente hace caca una vez cada tres días y tiene una deposición normal y bien formada una vez a la semana puede no requerir atención médica.

Los peligros de aguantar las ganas extremadamente

En casos extremos, aguantar las ganas de hacer caca puede llevar a complicaciones graves. Se han reportado casos en los que la retención de heces durante largos periodos de tiempo ha causado la dilatación del intestino, ejerciendo presión sobre los órganos y provocando un ataque cardíaco. También se han documentado casos de parálisis en una pierna y síndrome de compartimiento abdominal debido a la constipación severa.

Es importante destacar que no se recomienda aguantar las ganas de hacer caca. Sin embargo, si nos encontramos en una situación en la que no es apropiado hacerlo o no podemos llegar a un baño, podemos intentar controlar los músculos relevantes hasta que sea un momento adecuado para hacerlo. Algunas técnicas que pueden ayudar en este sentido son relajar los músculos del recto, evitar tensar el abdomen, contraer los músculos del trasero y evitar agacharse.

Si sospechamos que un niño está aguantando las ganas de hacer caca, es importante consultar con un pediatra, que puede ayudar a entrenar tanto al niño como a los padres en hábitos y comportamientos apropiados en el baño. Si una persona sufre de constipación debido a que aguanta las ganas de hacer caca con frecuencia, puede consultar a un farmacéutico para obtener consejos sobre cómo prevenir la constipación. Los farmacéuticos pueden recomendar los laxantes de venta libre más adecuados. En casos de pérdida de sensación rectal, es necesario buscar atención médica.

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Veronica Pereira