¿Por qué las personas entre 40 y 65 años sufren una “crisis de sueño”?
El sueño es un aspecto fundamental para el bienestar y la salud de las personas. Sin embargo, cada vez es más común encontrar personas que experimentan problemas para conciliar el sueño o que se despiertan durante la noche sin poder volver a dormir. Este fenómeno, conocido como «crisis del sueño», afecta especialmente a las personas de entre 40 y 65 años.
¿Por qué las personas de 40 a 65 años sufren de una crisis del sueño?
Según estudios realizados por la Universidad Estatal de Arizona, las personas de mediana edad duermen cada vez peor. Los investigadores han incluso denominado a este fenómeno como la «crisis del sueño de la cuarentena», ya que las personas a los 40 años experimentan con mayor frecuencia síntomas de insomnio en comparación con personas de otras edades.
Existen diferentes factores que pueden contribuir a la crisis del sueño en esta franja de edad. El estrés, los cambios hormonales, el uso excesivo de dispositivos electrónicos como smartphones y tablets, y la presión de la vida laboral y familiar son algunas de las principales causas.
Además, durante la edad mediana, el cuerpo experimenta cambios hormonales significativos que pueden afectar el sueño. La disminución de la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño, puede hacer que las personas tengan dificultades para conciliar el sueño y se despierten durante la noche.
Problemas de sueño en otras etapas de la vida
Si bien la crisis del sueño es más común en personas de 40 a 65 años, también se observan problemas de sueño en otras etapas de la vida. Durante la adolescencia, por ejemplo, se produce un aumento en la frecuencia de los trastornos del sueño debido a cambios biológicos y sociales.
Durante la pubertad, los jóvenes experimentan un desajuste en su ritmo circadiano, lo que hace que tengan dificultades para conciliar el sueño temprano por la noche y se levanten temprano para ir a la escuela. Además, el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir puede afectar negativamente la calidad del sueño en esta etapa de la vida. La luz azul emitida por estas pantallas suprime la producción de melatonina, lo que dificulta conciliar el sueño. Por esa razón, se sugiere utilizar un filtro de luz azul para reducir su impacto en el sueño. Además, es importante mantener el teléfono móvil alejado de la cama para evitar la tentación de usarlo durante la noche.
La importancia de buscar ayuda profesional
Aunque la crisis del sueño puede ser una experiencia frustrante y agotadora, es importante buscar ayuda profesional si los problemas persisten, ya que no solo afectan la calidad de vida, sino que también pueden tener consecuencias graves para la salud a largo plazo, como un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y depresión.
En los últimos años, la conciencia sobre la importancia del sueño ha aumentado significativamente, lo que ha llevado a un aumento en los centros especializados en trastornos del sueño. En estos centros, se pueden realizar terapias basadas en el comportamiento y utilizar medicamentos cuando sea necesario para tratar los trastornos del sueño.
Consejos para mejorar la calidad del sueño
Además de buscar ayuda profesional, existen algunas medidas que se pueden tomar para mejorar la calidad del sueño:
- Establecer una rutina de sueño regular: ir a dormir y despertarse a la misma hora todos los días puede ayudar a regular el ritmo circadiano y facilitar el sueño.
- Crear un ambiente propicio para el sueño: mantener el dormitorio oscuro, silencioso y a una temperatura adecuada puede favorecer un sueño reparador.
- Evitar el consumo de cafeína y alcohol antes de dormir: estas sustancias pueden interferir con el sueño y dificultar la conciliación del mismo.
- Realizar ejercicio regularmente: la actividad física regular puede ayudar a reducir el estrés y promover un sueño saludable.
- Practicar técnicas de relajación: actividades como la meditación, la respiración profunda y el yoga pueden ayudar a reducir el estrés y preparar el cuerpo para el sueño.
