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Salud

Por qué nuestra memoria nos juega malas pasadas al entrar en una habitación

Todos hemos experimentado ese momento incómodo en el que entramos en una habitación con un propósito claro en mente, pero al cruzar la puerta, de repente, nos olvidamos por completo de lo que íbamos a hacer. Es una situación frustrante y desconcertante que puede hacernos cuestionar la salud de nuestra memoria. Sin embargo, no debemos preocuparnos, ya que este fenómeno es completamente normal y tiene una explicación científica.

Foto Freepik

El efecto de la puerta en nuestra memoria

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Notre Dame en Indiana reveló que nuestro cerebro funciona de manera similar a una computadora que se reinicia cada vez que entramos por una puerta. A este fenómeno se le conoce como el «efecto de la puerta». Durante el estudio, se seleccionaron 55 estudiantes para participar en un juego de realidad virtual en el que tenían que mover objetos de una habitación a otra.

Una vez que los participantes llegaban a su destino, se les mostraba una imagen del objeto en la pantalla y debían indicar si era el mismo objeto que habían transportado originalmente. Los resultados del estudio demostraron que los participantes tenían respuestas más lentas y menos precisas cuando tenían que pasar de una habitación a otra. Esto sugiere que pasar por una puerta crea un punto de ruptura en nuestro cerebro, lo que dificulta la recuperación de información almacenada en la habitación anterior.

No es tanto la distancia recorrida lo que explica esta lentitud, sino la presencia de puertas que separan las habitaciones. Cada vez que pasamos por una puerta, nuestro cerebro registra esa transición como un cambio de contexto, lo que puede dificultar la recuperación de información relevante. Es como si nuestra mente dejara atrás el archivo de la habitación anterior y se enfocara en el nuevo entorno al cruzar la puerta.

Múltiples niveles de procesamiento

Para comprender mejor este fenómeno, es útil pensar en nuestra memoria como una serie de archivos específicos para cada habitación. Cada vez que entramos en una habitación, nuestro cerebro crea un archivo que contiene los eventos y experiencias asociados a ese espacio. Sin embargo, al cruzar una puerta y cambiar de habitación, nuestra mente deja temporalmente ese archivo de lado y evoca recuerdos del nuevo entorno.

Este proceso de múltiples niveles de procesamiento puede ser la causa de nuestros olvidos temporales al entrar en una habitación. Nuestro cerebro necesita tiempo para hacer la transición entre archivos y recuperar la información relevante. A veces, este proceso se ve interrumpido o afectado por diversos factores, como la fatiga, la distracción o el estrés, lo que puede dificultar aún más nuestra capacidad para recordar lo que íbamos a hacer.

Estrategias para contrarrestar el efecto de la puerta

Aunque el efecto de la puerta es una parte natural de cómo funciona nuestra memoria, existen algunas estrategias que podemos utilizar para contrarrestarlo y mejorar nuestra capacidad de recordar:

Reducir la velocidad: El proceso de transición entre habitaciones puede ser más fluido si nos tomamos un momento para hacer una pausa y ser conscientes de nuestro propósito al entrar en una habitación. Tomarse el tiempo para recordar qué íbamos a hacer puede ayudar a reducir la interferencia causada por el efecto de la puerta.

Hacer una lista: Si tenemos varias tareas que realizar en diferentes habitaciones, llevar una lista puede ser de gran ayuda. Anotar nuestras intenciones antes de entrar en una habitación nos permite mantener un registro visual de nuestras tareas y evitar olvidos.

Crear recordatorios visuales: Colocar objetos o notas visibles en lugares estratégicos puede servir como recordatorio de lo que debemos hacer al entrar en una habitación. Por ejemplo, si tenemos que llevar algo a la cocina, podemos dejar el objeto en un lugar visible cerca de la puerta para que nos recuerde nuestra tarea.

Mantener las cosas en un solo lugar: Si tendemos a olvidar lo que íbamos a hacer al entrar en una habitación, podemos intentar agrupar todas nuestras tareas relacionadas en un solo espacio. Por ejemplo, si vamos a empacar una maleta, podemos reunir todos los objetos que necesitamos en una habitación y evitar tener que cruzar puertas constantemente.

Descansar y cuidar nuestra salud mental: La fatiga y el estrés pueden afectar negativamente nuestra capacidad de recordar. Es importante descansar lo suficiente, mantener una alimentación saludable y practicar técnicas de relajación para garantizar un buen funcionamiento de nuestra memoria.

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