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¿Por qué se nos sale la barriga?

No le eches la culpa a la comida del restaurante o a las patatas fritas grasientas. La hinchazón que provocan es sólo temporal. Si después de estas molestias sigues teniendo «barriga», hay muchas causas posibles.

En una persona joven, una barriga pequeña suele ser la contrapartida de un arqueo excesivo que empuja el abdomen hacia delante. Con el paso de los años, esto puede verse agravado por la grasa subcutánea que forma abultamientos, los músculos estirados por el embarazo o poco desarrollados por la falta de actividad física, la acumulación de grasa visceral y, por último, el estreñimiento más o menos crónico que le obliga a empujar con tanta fuerza que la pared muscular se relaja.

Y por si fuera poco, cuanto más barriga tienes, peor te sientes. Hombros encorvados, vientre prominente, el tronco se comprime empujando un poco más las vísceras hacia delante. La deformación se acentúa si se sienta encorvado sobre la espalda o sobre sí mismo. No espere remediarlo con cápsulas de «abdomen plano», ni con una dieta que sólo puede reducir el tejido graso.

El único remedio para todos estos problemas, incluida la grasa visceral, es fortalecer todos los músculos abdominales, no sólo los grandes y rectos que forman las barras de chocolate de los culturistas. Una mujer no puede obtener tales músculos, ni siquiera haciendo abdominales, porque las separaciones horizontales de estos músculos están atrofiadas o son inexistentes.

Siguiendo al diafragma, los riñones recorren 12 km al día

Los músculos abdominales, el recto, los oblicuos y el transverso, envuelven toda la cavidad abdominal que contiene las vísceras en suspensión, cerradas en la parte superior por el diafragma y en la inferior por el suelo pélvico o periné.

Desarrollar todos estos músculos no sólo permite tener un vientre plano, sino también ponerse de pie, sentarse, girarse, agacharse, en definitiva, moverse sin dificultad y, a menudo, sin dolor de espalda. Y, sobre todo, asegurar un soporte a las vísceras para que cumplan su función. La respiración, el retorno venoso en las piernas, la diuresis, el tránsito intestinal, la expulsión hacia abajo o hacia arriba, como el parto o el vómito, dependen de la tonicidad de los músculos abdominales, especialmente del más frágil y solicitado, el transverso.

Las paredes musculares de la cavidad abdominal se deforman constantemente, cuando nos movemos, cuando las vísceras cambian de volumen al llenarse el estómago o vaciarse la vejiga, o cuando respiramos. Al exhalar, normalmente, el diafragma se eleva, las vísceras suben seguidas del periné aligerado de su masa, y los músculos abdominales se tensan (la cintura se afina) por un efecto de bomba que facilita el retorno venoso. En la inspiración, el diafragma baja y los movimientos inversos hacen un masaje. Así, los riñones recorren 12 km al día siempre que los abdominales estén suficientemente tonificados.

De lo contrario, las vísceras se estancan y pesan sobre el perineo. Compuesta por músculos, ligamentos y mucosas, forma una especie de hamaca desde el pubis hasta la base de la columna vertebral, sosteniendo la pelvis, los genitales y el ano. La sobrepresión creada por el peso de las vísceras sobre el periné acaba por relajarlo, con el riesgo de descenso de órganos e incontinencia urinaria. Razón suficiente para empezar a hacer ejercicio.

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Angie Bravo