¿Alguna información? ¿Necesitas contactar al equipo editorial? Envía tus correos electrónicos a [email protected] o ve a nuestro formulario.
Estilo de vida

¿Pueden las duchas calientes provocar la caída del cabello?

Nos encanta darnos una ducha caliente, sobre todo cuando queremos relajarnos después de un día largo. Pero muchas personas se preguntan si este rato de placer podría estar dejando huella en su melena. Descubre qué pasa realmente cuando dejas correr agua caliente sobre tu cabeza, cuál es la diferencia con la caída natural y qué hábitos marcan la diferencia para tu salud capilar.

El agua caliente tiene un impacto real en el cabello y el cuero cabelludo. Según dermatólogos y especialistas en cabello, una ducha con agua a temperatura muy alta abre las cutículas del pelo y elimina los aceites naturales, que son responsables de mantener la hidratación y el brillo, dejando al cabello más expuesto, débil y con mayor tendencia a la sequedad. Además, al afectar la circulación sanguínea en el cuero cabelludo por la dilatación de los vasos capilares, puede disminuir la salud de las raíces.

Pérdida de hidratación y debilitamiento capilar

El agua muy caliente actúa como un desengrasante natural, que quita el sebo y los aceites esenciales que protegen la fibra capilar y el cuero cabelludo. Al abrir demasiado las cutículas, la estructura del cabello se resiente: la humedad interna escapa, lo que provoca pérdida de elasticidad y deja el cabello quebradizo. Un pelo así se rompe con facilidad, sobre todo en puntas y zonas de mayor fricción. Si tienes el cabello teñido, notarás que el color se desvanece rápido porque el agua caliente facilita la apertura de las capas del pelo y arrastra los pigmentos.

Irritación y alteraciones en el cuero cabelludo

Cuando el cuero cabelludo pierde hidratación, es más propenso a inflamarse, a veces con pequeñas descamaciones que resultan molestas. Esto puede dar origen a procesos inflamatorios como la dermatitis seborreica. En cabellos grasos ocurre el efecto rebote: cuanto más retiramos los aceites naturales, más grasa crea el cuero cabelludo intentando compensar, lo que lleva a lavados más frecuentes y mayor resequedad.

Foto Adobe Stock

¿El agua caliente provoca caída del cabello?

Muchos piensan que ver cabello en la regadera es consecuencia directa del agua caliente, pero la realidad es más compleja, debido a que el agua a temperaturas altas puede debilitar la fibra, pero no suele hacer que el cabello se caiga “de raíz”.

Diferenciando entre caída fisiológica y caída por daño

El ciclo natural del cabello incluye varias fases: crecimiento (anágena), reposo (catágena y telógena) y caída, por lo que es completamente normal perder entre 50 y 100 cabellos al día, sobre todo al lavar el pelo, porque ese movimiento arrastra los cabellos que ya han completado su ciclo. Eso no significa pérdida definitiva ni es señal de alarma. En cambio, cuando el daño es por agua caliente, planchas o productos agresivos, la caída suele ser por quiebre y fragilidad, no porque el folículo se haya desprendido. El cabello se quiebra, luce más fino y sin vida, pero la raíz sigue ahí.

Factores adicionales que influyen en la caída capilar

La caída de cabello que de verdad preocupa está vinculada con otros factores: genética, cambios hormonales, estrés, enfermedades como trastornos tiroideos, anemia o déficits de vitaminas. También influyen peinados muy ajustados, tratamientos químicos, uso excesivo de calor (planchas, secadores) y una mala alimentación. El agua caliente agrava el daño, pero rara vez es el único culpable si notas una caída abundante y persistente.

Consejos para proteger el cabello durante la ducha

Dúchate con agua templada, cerca de los 20 grados Celsius. Evita temperaturas elevadas tanto para el cuero cabelludo como para el resto del cuerpo. Finalizar el lavado con un chorro de agua fría ayuda a cerrar las cutículas y mantiene la hidratación. No laves el pelo todos los días a menos que sea estrictamente necesario, así conservas los aceites que le dan vida y protección natural.

Igualmente, seca el cabello con una toalla suave, haciendo presión y sin frotar. Deja que el pelo pierda algo de humedad al aire antes de usar el secador y baja la temperatura cuando lo hagas. Reduce el uso de planchas y rizadores en lo posible. Usa productos específicos que hidraten y reparen, y evita fórmulas con sulfatos o parabenos. Un cuero cabelludo cuidado es la base de un cabello sano, así que elige shampoos y tratamientos suaves. Si notas que la pérdida es excesiva o persistente, consulta a un dermatólogo para descartar causas médicas.

¿Le resultó útil este artículo?