Sexualidad: estos son los problemas que enfrentan los diabéticos

La diabetes cambia muchas cosas en la vida, y la intimidad no es la excepción. Y lo que ocurre en la cama no sólo es importante por placer, sino por la autoestima, el vínculo con la pareja y el bienestar total. Entender cómo esta condición afecta la vida sexual ayuda a quitar tabúes, buscar ayuda y mejorar la calidad de vida.
¿Cómo afecta la diabetes a la función sexual?
La diabetes altera la función sexual a través de caminos físicos y emocionales. Los problemas pueden empezar de forma silenciosa y, poco a poco, volverse más evidentes. Por otro lado, el daño de los nervios y vasos sanguíneos provocado por el azúcar alta termina afectando cómo responden los órganos sexuales.
En los hombres, uno de los problemas más comentados es la disfunción eréctil, que puede aparecer hasta 15 años antes que en quienes no tienen diabetes. El flujo de sangre al pene disminuye porque los vasos sanguíneos están dañados, y el nervio encargado de provocar la erección deja de funcionar bien.
También puede aparecer la eyaculación retrógrada, donde el semen se va hacia la vejiga en vez de salir. Otra complicación es la disminución del deseo sexual, a veces por los mismos nervios, otras veces por baja testosterona. En casos más graves, la deformidad del pene por acumulación de tejido cicatricial (enfermedad de Peyronie) causa dolor y dificulta la relación.
Por otro lado, las mujeres con diabetes suelen tener sequedad vaginal porque la lubricación baja cuando los vasos sanguíneos no responden. Esto puede llevar a dolor durante las relaciones y, en consecuencia, más miedo o rechazo a la intimidad.
El deseo sexual también disminuye, especialmente si hay molestias, infecciones vaginales frecuentes o el cansancio domina la vida diaria. En algunas mujeres, la menopausia puede adelantarse, lo que intensifica los síntomas. La dificultad para lograr el placer y los problemas de fertilidad suelen sumar tristeza y frustración.

Influencia emocional y de la autoestima
El estrés, la vergüenza y la baja autoestima son enemigos silenciosos. Cuando el cuerpo no responde, el miedo al rechazo crece y Las comparaciones con el pasado pueden lastimar y dejar la sensación de que la diabetes “robó” la intimidad.
La presión por “cumplir” muchas veces lleva a más ansiedad, generando un círculo difícil de romper. Si la pareja no sabe lo que ocurre, la distancia aumenta. Por esto, hablar claro y sin tapujos es fundamental.
Factores de riesgo y agravantes
Mantener el azúcar en sangre fuera de los controles recomendados acelera el daño a los nervios y los vasos de los órganos sexuales. La hipertensión, el colesterol alto y el sobrepeso hacen que todo sea peor, ya que dañan aún más el corazón y la circulación.
Algunos medicamentos usados para tratar otras enfermedades también pueden afectar la función sexual. Igualmente, el consumo de alcohol o el tabaquismo empeoran estos problemas y cuando varias condiciones se suman, es más fácil que la vida sexual cambie y los síntomas sean intensos.
Estrategias para afrontar los problemas sexuales causados por la diabetes
El primer paso siempre es controlar la glucosa para mantener los niveles óptimos ayuda a frenar el daño y puede mejorar la función sexual. En los hombres, existen medicamentos como el sildenafilo o el tadalafilo que mejoran la erección, y en casos severos, dispositivos de vacío o implantes pueden ser una opción.
Las mujeres pueden beneficiarse de lubricantes, terapia hormonal local o ajustes en su tratamiento. Comer sano, moverse a diario y dejar el tabaco hacen la diferencia. Mantener un peso adecuado y controlar la presión también ayudan.
Pero no todo se resuelve con pastillas, ya que conversar con profesionales sobre miedos, inseguridades o frustraciones ayuda a fortalecer la autoestima y a recuperar la confianza. Incluir a la pareja en la búsqueda de soluciones une, permite entender el problema y mejora la comunicación.