Una embarazada pierde a su bebé de siete meses tras ser atacada por su perro
Una mujer de treinta y seis años, embarazada de siete meses, fue atacada por su perro, un American Bully XL. Pese a la rápida intervención de los equipos de emergencia, perdió a su bebé. Además, una vecina que acudió a ayudar sufrió heridas leves y fue atendida.

El ataque ocurrió en el domicilio de la víctima, en La Chapelle-Heulin, en el departamento de Loire-Atlantique en Francia. La mujer, embarazada de siete meses, sufrió heridas graves y fue trasladada al hospital, pero la pérdida del bebé se confirmó al día siguiente. Una vecina, que entró para ayudar, resultó herida de forma leve y recibió atención médica. Los bomberos, el servicio médico de urgencias y la gendarmería acudieron con rapidez y coordinaron el operativo de asistencia y seguridad.
El animal implicado, un American Bully XL, había sido adoptado meses antes a través de la SPA. Tras el ataque, y por decisión de las autoridades, un veterinario practicó la eutanasia del perro. Se abrió una investigación para esclarecer las circunstancias y valorar si hubo fallos en el manejo o en la gestión del entorno. No se han comunicado detalles sobre desencadenantes concretos. Las pesquisas buscan determinar hechos y responsabilidades sin alimentar conjeturas.
Los investigadores analizarán el contexto del hogar, el historial del animal y la actuación posterior al incidente. Este tipo de procesos requiere tiempo y prudencia, porque la información disponible hasta el momento confirma el lugar, el momento aproximado, las consecuencias y las medidas administrativas adoptadas, sin aportar conclusiones sobre causas.

American Bully XL, riesgos reales y situación legal en Francia y Reino Unido
El American Bully XL es un perro potente y musculoso. Su tamaño y fuerza pueden aumentar el daño cuando algo falla. Como en cualquier raza, el comportamiento depende de la educación, la socialización y el entorno. Un manejo responsable reduce riesgos, pero nunca los elimina por completo. Entender el marco legal ayuda a ordenar el debate y a tomar mejores decisiones.
En Francia, la normativa clasifica a los perros considerados peligrosos en dos categorías. El American Bully XL, por su origen cruzado y por no estar reconocido de forma cerrada en la lista, no figura de forma automática en esas categorías. Se aplican obligaciones generales de tenencia responsable, como identificación, vacunas, control en espacios públicos y respeto de las ordenanzas locales. Tras un incidente, puede ordenarse una evaluación del comportamiento y adoptar medidas municipales.
En el Reino Unido, el American Bully XL está prohibido desde el año dos mil veintitrés, tras varias agresiones mortales que generaron alarma. Esa decisión alimenta un debate intenso entre restricciones por raza y políticas centradas en educación, control y registro. Quienes defienden la prohibición aluden al impacto de la fuerza del perro. Quienes la critican señalan que el foco debe ponerse en el tutor, el adiestramiento y la prevención. Francia mantiene por ahora un enfoque basado en evaluación de riesgos y responsabilidades individuales.
Prevención y convivencia segura, señales y pasos clave
Cuando un perro muestra rigidez corporal, mirada fija, gruñidos, cola y orejas tensas o trata de evitar el contacto, conviene detener la interacción y dar espacio. Señales más sutiles, como jadeo sin calor o lamidos repetidos, también hablan de incomodidad. Cortar la situación a tiempo y consultar con un etólogo o un educador canino evita escaladas.
En un hogar con embarazo, funcionan las rutinas estables, los paseos de calidad y el enriquecimiento con juegos masticables o de olfato. La habituación gradual a nuevos olores, objetos y sonidos del bebé ayuda al perro a adaptarse. La supervisión constante es irrenunciable en todas las interacciones con niños. Separar espacios cuando el adulto no puede vigilar es una medida simple y eficaz.
Si ocurre un ataque o mordedura, lo primero es la seguridad. Cortar el contacto sin castigos, pedir ayuda y atender las heridas de inmediato. Acudir a urgencias, seguir las indicaciones médicas y notificar a las autoridades forman parte del protocolo. Solicitar evaluación veterinaria del animal, con revisión de salud y dolor, es esencial. Buscar apoyo emocional y jurídico ayuda a transitar un momento difícil y a ordenar los pasos legales.