
Fue una escena casi de película de terror la que presenció una desprevenida madre australiana al entrar en la habitación de su hija. «Grandes, peludas, rápidas y temibles», pero no venenosas.
Son ejemplares de la araña cazadora, una especie saludable para tener en casa, ya que no es dañina para los humanos, y se alimenta de insectos. La mujer bromea con la niña diciendo: «¿Quieres salir ahora? ¿Tenemos que incendiar la casa?» En una entrevista con la emisora australiana 9 News, la madre juró que no había matado a ninguna.
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