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Salud

Viajo frecuentemente en avión: ¿cuáles son los riesgos para mi salud?

El avión se ha convertido en el medio de transporte preferido para la mayoría de las personas debido a su rapidez y eficacia. Sin embargo, ¿es realmente seguro volar frecuentemente? Hoy analizaremos los posibles riesgos de salud asociados a los viajes frecuentes.

Efectos fisiológicos de los viajes aéreos

Durante un vuelo, los pasajeros experimentan cambios de presión que pueden afectar varias partes del cuerpo, como por ejemplo, los cambios rápidos de altitud que pueden causar dolor en los oídos y los senos paranasales debido a la incapacidad del cuerpo para equilibrar la presión.

Estar sentado e inmóvil durante largos periodos puede aumentar el riesgo de problemas circulatorios, experimentando hinchazón en los tobillos y las piernas, y aquellos con insuficiencia venosa pueden tener un mayor riesgo de desarrollar condiciones tromboembólicas.

El jet lag y sus efectos

El síndrome del jet lag es una afección temporal que puede causar fatiga, desorientación y pérdida de concentración, y esto ocurre cuando cruzas varias zonas horarias en un corto período de tiempo, lo que desajusta tu reloj biológico interno.

Problemas alimentarios y deshidratación

Viajar en avión a menudo puede llevar a malos hábitos alimenticios debido a la falta de opciones saludables y a la deshidratación. Además, el aire en la cabina del avión es muy seco, lo que puede provocar sequedad en los ojos, la nariz y la boca.

Exposición a la radiación

El personal de vuelo y los pasajeros frecuentes están expuestos a niveles de radiación más altos que la población general y aunque el riesgo para la mayoría de las personas es bajo, ellos pueden estar expuestos a niveles de radiación que superan los límites recomendados.

Problemas psicológicos y sociales

Los viajes frecuentes pueden tener un impacto en tu salud mental y vida social. El estrés de viajar, la perturbación de las rutinas normales, y la falta de tiempo para pasar con la familia y los amigos pueden contribuir a la ansiedad y la depresión.

Precauciones para los viajeros frecuentes

Es crucial mantenerse hidratado durante el vuelo, ya que  aire en la cabina del avión es extremadamente seco, lo que puede provocar una deshidratación.

Moverse durante el vuelo puede ayudar a prevenir la trombosis venosa profunda. Intenta levantarte y caminar por el pasillo del avión cada dos horas.

Evita los alimentos y las bebidas que pueden causar hinchazón y gases, como los productos lácteos y las bebidas carbonatadas. Opta por alimentos ricos en fibra y agua para ayudar a mantener la digestión regular.

Contraindicaciones para viajar en avión

Existen ciertas condiciones de salud que pueden hacer que el viaje en avión sea más riesgoso, como por ejemplo las enfermedades cardíacas y pulmonares, así como ciertas infecciones y operaciones recientes.

¿Existe una solución?

Aunque los riesgos para la salud asociados con los viajes frecuentes en avión son reales, existen medidas que se pueden tomar para minimizar estos riesgos como mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, controlar el estrés y buscar atención médica regularmente.

Según la Comisión Europea, la industria de la aviación ya representa el 13,9% de las emisiones totales del sector de transporte, situándose como la segunda fuente más importante de emisiones, solo superada por las emisiones de vehículos en carretera. Los aviones emiten una combinación de dióxido de carbono, ozono, metano y otros gases de efecto invernadero. Estos gases pueden desencadenar reacciones químicas que contribuyen tanto al calentamiento como al enfriamiento del planeta.

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Lidia Baldomero