1 de cada 3 adultos sufre de hipertensión, te contamos cómo prevenirla

La hipertensión es la principal causa de muerte en el mundo y la mitad de los pacientes dejan el tratamiento para mantenerla a raya. Veamos algunos consejos para prevenirlo en la mesa y con los estilos de vida.
La hipertensión es una condición patológica caracterizada por una presión arterial alta y constante en las arterias que va en aumento en todo el Viejo Continente y que ahora afecta a uno de cada tres adultos. Entre los mayores de 65 años, los pacientes están incluso por encima del 50% (en las mujeres es más frecuente después de la menopausia) y representa uno de los principales problemas clínicos de los tiempos modernos.
Sólo en Europa, se gasta alrededor de 200.000 millones al año en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, la mayoría de las cuales están relacionadas con la hipertensión. Sin embargo, hay algunas diferencias entre los diversos territorios.
Esta afección se conoce también como «asesino silencioso», ya que no implica ningún síntoma específico, pero aumenta, exponencialmente, la probabilidad de enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio o el derrame cerebral: por esta razón es esencial actuar preventivamente para diagnosticarla y tratarla antes de que pueda causar daños irreparables.
Hipertensión: Cómo prevenirla
Para mantener la presión sanguínea bajo control, es de gran importancia intervenir primero en el estilo de vida. La actividad física desempeña una función preventiva fundamental y, por lo tanto, debe recomendarse para todas las edades. Lo mismo se aplica al peso corporal, ya que se ha demostrado que las personas obesas también suelen ser hipertensas.
Fumar tabaco también aumenta la probabilidad de hipertensión, así como de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades arteriales. Y luego está la nutrición como una de las principales consecuencias de una dieta demasiado salada.
El primer alimento que debe limitarse es el sodio: su aporte debe ser limitado (no debemos considerar sólo el que se agrega como condimento o en la cocina porque hay una serie de alimentos que contienen cantidades elevadas como las salchichas, los productos envasados y los productos lácteos), por lo que es preferible optar por algunas especias muy buenas para sazonar nuestros platos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo máximo de 5 gramos de sal al día, lo que corresponde a unos 2 gramos de sodio. He aquí cómo limitar el consumo tanto como sea posible:
- Preste mucha atención a las etiquetas: prefiera los productos con bajo contenido de sal (menos de 0,3 gramos por 100 g).
- Cuidado con las verduras y legumbres enlatadas: antes de comerlas, escúrralas siempre y enjuáguelas con abundante agua.
- Utilice alternativas a la sal: las especias, las hierbas, el jugo de limón o el vinagre pueden utilizarse como condimento.
- Reduzca el uso de la sal añadida en la cocina: use sólo si es necesario, cantidades mínimas de sal yodada.
- Limite el uso de otros condimentos que contengan sodio: por lo tanto, tenga cuidado con los cubos de caldo, la mayonesa o las salsas.
Otras recomendaciones
La actividad física, además, desempeña un papel de apoyo tanto desde el punto de vista preventivo como terapéutico: lo ideal sería realizarla al menos 3 veces por semana, de forma aeróbica, durante al menos 40 minutos.
Se debe aumentar el consumo de fibra (granos enteros y legumbres) y de frutas y verduras (ricas en potasio: un verdadero «antídoto» contra el sodio que garantiza un mejor control de la presión).
Todos los excesos deben limitarse, en particular en lo que respecta al consumo de grasas, alcohol y alimentos con alto contenido calórico.