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Estilo de vida

Tres reglas que debes tener en cuenta para almacenar correctamente tus medicamentos

Aprender a almacenar tus medicamentos es importante para aumentar su tiempo de uso y propiedades beneficiosas para el organismo. El día de hoy vamos a darte algunos trucos para mantenerlos en óptimas condiciones.

Los fármacos son productos formados por moléculas capaces de provocar cambios funcionales positivos o negativos en un organismo por medio de una acción física o química. Se trata de un término con un significado más amplio que el de una simple medicina, ya que se incluye a aquellos productos utilizados en terapias para tratar diversas enfermedades.

Aprender a almacenar los medicamentos, sobre todo durante los meses más cálidos, es un método de prevención importante que requiere de especial atención. El día de hoy, vamos a conocer tres reglas cruciales que juegan un papel determinante al momento de almacenar los medicamentos de forma adecuada, así que, quédate con nosotros y continúa leyendo atentamente.

¿Por qué es fundamental almacenar los medicamentos correctamente?

A la hora de consumir un medicamento, sin importar cuál sea, es relevante analizar cómo, cuándo y cuánto debe conservarse. Claro, la conservación varía teniendo en cuenta los distintos principios activos y otras sustancias contenidas en el medicamento, todo con el fin de evitar que los cambios de clima y otros factores puedan afectar a la eficacia del producto. La Agencia Italiana del Medicamento (AIFA) constantemente se encarga de resaltar lo más valioso a tener en cuenta para aplicar buenos hábitos sobre el uso y la conservación de los medicamentos. Entre las indicaciones que ha proporcionado la AIFA, se resaltan tres reglas muy importantes que deben respetarse para conservar correctamente estos elementos, sobre todo durante las épocas más calurosas.

Primera regla: presta atención a los sitios en los que vas a almacenar tus medicamentos.

La primera regla está relacionada con la elección del lugar ideal para guardar los medicamentos. La recomendación es elegir un sitio fresco y lejos de la humedad en nuestra casa, además, es importante tener en cuenta que los medicamentos suelen tener instrucciones específicas en su envoltura y en ella se suelen incluir la temperatura máxima de conservación. En general, lo más recomendable es no exponer el medicamento a temperaturas altas, mucho menos por periodos prolongados de tiempo. Esto se debe a que la exposición prolongada podría alterar la composición del medicamento al punto de hacer que su consumo sea perjudicial para la salud. Por ejemplo, en el caso de los antibióticos, los cambios de temperatura son negativos, entre ellos los analgésicos, la insulina o los sedantes.

Segunda regla: ¿En qué momentos se puede exponer un medicamento al sol?

La segunda regla para aprender a almacenar correctamente los medicamentos tiene que ver con su exposición a la luz solar, ya que, con la mayoría de los medicamentos, lo mejor es evitar la exposición prolongada al sol. Como ya mencionamos, uno de los peores enemigos de los medicamentos son los cambios de temperatura, por lo tanto, el contacto con los rayos UV podría resultar perjudicial tanto para el medicamento como para la persona que lo toma. Cuando nos referimos a la exposición al sol, nos referimos tanto a la exposición del medicamento como a la exposición de la persona a la luz solar después de haber consumido dicho medicamento. Algunos tipos de medicinas pueden provocar reacciones fotosensibles, aumentando la probabilidad de sufrir erupciones cutáneas, eczemas o dermatitis. Cuando se presentan efectos secundarios de este tipo, lo mejor es revisar el prospecto cuidadosamente y anotar la información más importante con respecto a los cuidados especiales.

El consejo es evitar la exposición durante las horas más calurosas del día y comprobar cuidadosamente las recomendaciones cuando se están consumiendo antibióticos, anticonceptivos orales, sulfonamidas u otros medicamentos. Se debe tener el mismo cuidado con las cremas o geles que se aplican directamente sobre la piel.

Tercera regla: ¿Cuál es la mejor fórmula farmacéutica?

La tercera y última norma tiene que ver con la formulación del medicamento. Es mejor optar por formulaciones sólidas en lugar de líquidas, ya que son menos sensibles a las altas temperaturas. Debes tener en cuenta que si el medicamento parece tener alteraciones en su aspecto o en su olor, es mejor evitar tomarlo hasta que se consulte con un médico o un farmacéutico.

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Dany Levito