Las posturas que mejor ayudan a durar más favorecen una penetración suave, un ángulo menos profundo y un control real del ritmo. También invitan a atender otras zonas del cuerpo para repartir la atención y no concentrar toda la sensación en un solo punto. Lo importante es probar sin prisa, ajustar con el cuerpo, y usar la respiración para mantener la calma placentera.
La cucharita
Acostarse de lado, en la misma dirección, permite una penetración poco profunda y una cercanía que calma. Los movimientos cortos y lentos reducen la estimulación intensa. Además, se puede sumar estimulación manual externa o un pequeño juguete para repartir el placer. La sensación de abrazo continuo, con susurros y respiración compartida, ayuda a durar más sin perder conexión.
Perrito modificado
Comienza en perrito, luego el torso baja y el movimiento se vuelve más contenido. Al acortar la amplitud de los empujes, la penetración se suaviza, lo que ayuda a retrasar el clímax. Este ángulo permite acariciar la espalda, el cuello y los glúteos, lo que reparte la atención y baja la sobreestimulación.
La silla
Una persona se sienta firme, la otra se coloca encima, cara a cara. La postura invita a besos, pausas y movimiento controlado. Al tener apoyo y contacto visual, es más sencillo acordar un ritmo lento. Además, el balance suave de cadera, guiado por la respiración, evita subidas bruscas y favorece sesiones largas y tiernas.
La cruz
Con una pierna de la persona receptiva flexionada y la otra extendida, el ángulo permite profundidad, pero se prioriza la calma. El truco está en moverse despacio, con pausas breves y caricias en muslos y abdomen. Esta posición combina sensación intensa con control, ideal para alargar sin perder placer.
Encima
Cuando la persona se coloca arriba, guía la velocidad, la profundidad y la presión. Inclinarse hacia adelante reduce la intensidad y permite estimular zonas externas al mismo tiempo. Los besos y el contacto pecho con pecho suman conexión, lo que ayuda a mantener la mente serena y prolongar la experiencia.
Consejos adicionales para durar más y disfrutar mejor
Los ejercicios de Kegel fortalecen el suelo pélvico y practicarlos a diario mejora el control del momento de eyacular y la calidad del orgasmo. La respiración diafragmática baja la tensión, mantiene el ritmo y te ayuda a reconocer la ola antes de que se vuelva tsunami.
Por otro lado, la técnica stop and go funciona muy bien. Cuando sientas que el clímax se acerca, para unos segundos, enfoca en caricias o besos, respira y retoma con movimientos más cortos. Hablar durante el encuentro une y quita presión. Frases cortas como más suave, pausa, o más arriba, orientan sin cortar la magia.
Asimismo el estrés acelera la mente y el cuerpo. Dormir mejor, moverse a diario y bajar el consumo de alcohol mejora la respuesta sexual. Combina estas pautas con las posturas lentas y verás resultados más estables. La constancia convierte pequeñas mejoras en grandes cambios.
Al sumar protección, buenos preliminares y posturas que favorecen movimientos suaves, el control llega sin esfuerzo. La duración aumenta, la presión baja y la intimidad crece. Si persisten molestias o mucha ansiedad, buscar apoyo profesional puede marcar la diferencia. La variedad no solo enciende el deseo, también nutre la relación.
