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5 posturas de yoga para tonificar muslos y abdomen

Mejorar la fuerza y el tono en muslos y abdomen no requiere rutinas duras ni interminables series de ejercicios. El yoga, con su trabajo muscular integral, ofrece un método eficaz y seguro. A diferencia de otros entrenamientos, activa músculos profundos y mejora el equilibrio sin riesgos de impacto o sobrecarga. La clave está en la constancia y en estilos dinámicos como Vinyasa o Power Yoga, donde el movimiento fluido y la fuerza se funden, promoviendo resultados visibles.

Principios y técnicas esenciales del yoga para el abdomen y los muslos

El yoga estimula fibras musculares profundas, esas que muchos ejercicios convencionales apenas rozan. Cada postura exige alineación consciente, lo que activa tanto grupos musculares grandes como pequeños estabilizadores. El secreto está en la respiración: inhalar y exhalar de forma controlada, sincronizando cada movimiento, no solo aporta oxígeno sino que mejora la resistencia física.

La técnica de los bandhas es fundamental para el trabajo abdominal y el equilibrio, sobre todo al mantener posturas exigentes. Los más relevantes en este contexto son Mula Bandha, que activa el suelo pélvico y da mayor firmeza al abdomen bajo, y Uddiyana Bandha, una succión abdominal que vacía el vientre y fortalece el abdomen superior. Mantener estas cerraduras durante varias respiraciones largas incrementa el reto muscular y favorece la estabilidad. Así, el yoga transforma el simple acto de sostener una postura en un auténtico entrenamiento de fuerza, enfoque y control.

Cinco posturas de yoga para fortalecer y definir muslos y abdomen

Seleccionar bien las posturas es lo que determina el éxito en la tonificación de estos grupos musculares. Hay cinco asanas que destacan por sus beneficios comprobados en el abdomen y los muslos: Phalakasana (plancha), Navasana (barco), Utkatasana (silla), Ardha Chandrasana (media luna) y Bhujangasana (cobra). Estos movimientos no dependen de repeticiones masivas, sino de la correcta activación muscular y de mantener la postura con respiración coordinada. La constancia y el respeto por el alineamiento son claves para evitar molestias y obtener resultados armónicos en todo el tren inferior y medio.

Phalakasana (Plancha): fuerza de base para abdomen y muslos

Sostener la plancha parece sencillo hasta que se experimenta su potencia real. El cuerpo se alinea en recta, repartiendo el peso entre manos y pies, mientras el abdomen se activa y los muslos sostienen. La espalda debe mantenerse recta, sin dejar caer la zona lumbar. Los hombros se alejan de las orejas y el ombligo busca la columna vertebral en cada exhalación. Para quien busca mayor reto, elevar una pierna sin perder la línea corporal intensifica dramáticamente la activación tanto en abdomen como en piernas. Mantener la postura treinta segundos ya supone un excelente estímulo para el core.

Foto Freepik

Navasana (Barco): trabajo profundo de core y caderas

La sensación de formar la V humana es la carta de presentación de Navasana. Sentado, los isquiones sirven de base, las piernas se extienden y el torso se inclina hacia atrás, siempre con el pecho abierto. Esta postura obliga a los músculos abdominales, tanto altos como bajos, a sostener y estabilizar el cuerpo. Los flexores de la cadera y los muslos colaboran, aportando fuerza y resistencia. El secreto es mantener la respiración lenta, sin encoger el cuello, para que la postura desafíe sin generar tensión innecesaria. Todos los niveles pueden practicarla; basta con ajustar el ángulo de las piernas.

Utkatasana (Silla): resistencia y activación intensa de las piernas

Bajar las caderas como si uno fuera a sentarse en una silla invisible parece un juego, pero en realidad es un ejercicio de poder para los muslos y glúteos. Los pies se mantienen firmes al suelo, las rodillas no deben adelantarse excesivamente a los dedos de los pies y los brazos crecen hacia arriba, intensificando el trabajo en la cadena posterior. El core se activa mucho más si se mantiene el abdomen recogido hacia dentro, protegiendo la zona lumbar. Esta postura mejora la fuerza y la resistencia de las piernas, además de demandar concentración y equilibrio por el esfuerzo sostenido.

Ardha Chandrasana (Media luna): equilibrio, coordinación y tonificación lateral

El reto de media luna aparece al despegar una pierna y un brazo, buscando formar una línea lateral. El pie de apoyo y el abdomen lateral sostienen el cuerpo, mientras la pierna elevada y el brazo opuesto se estiran lejos entre sí. Aquí el enfoque visual, o drishti, ayuda a mantener la estabilidad. Esta asana fortalece no solo el muslo de apoyo, sino también los flexores de la cadera y los músculos abdominales laterales. Trabaja equilibrio, coordinación y concentración en cada repetición.

Bhujangasana (Cobra): apertura del pecho y fortalecimiento abdominal

Desde el suelo, levantar lentamente el torso mientras las manos presionan hacia abajo es la esencia de bhujangasana. Esta postura, más allá de abrir el pecho, fortalece el abdomen al evitar que la zona baja de la espalda haga todo el trabajo. El esfuerzo, bien distribuido, recae sobre los abdominales profundos y la musculatura de la cintura. Es recomendable no forzar el estiramiento y mantener los hombros relajados, lo que permite disfrutar de una extensión suave pero efectiva. Con la práctica regular, bhujangasana contribuye a mejorar la postura y estabilidad del core.

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