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6 razones para no volver a comer atún enlatado: descubre los peligros de este alimento

El atún enlatado es un alimento muy popular y conveniente en nuestras despensas. Sin embargo, a pesar de sus propiedades beneficiosas, existen varios motivos por los cuales deberíamos reconsiderar su consumo en exceso.

Beneficios del atún en lata

El atún en lata es conocido por ser una fuente rica en proteínas y ácidos grasos omega-3, nutrientes esenciales para nuestra salud. Estos ácidos grasos ayudan a reducir el colesterol, mejoran la salud cardiovascular y tienen efectos positivos en la piel, la memoria y el estado de ánimo. Además, el atún enlatado es una opción económica y conveniente, ya que no requiere preparación antes de su consumo.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que los beneficios del atún en lata varían en comparación con el atún fresco. Las conservas de pescado suelen tener un mayor contenido de proteínas, debido al aceite que las acompaña. Aunque el atún enlatado puede ser una opción saludable, es recomendable alternarlo con el consumo de pescado fresco, que generalmente es más nutritivo.

Peligros del consumo excesivo de atún enlatado

Si bien el atún enlatado puede ser beneficioso en moderación, consumirlo en exceso puede tener consecuencias negativas para la salud. Uno de los principales riesgos está relacionado con el contenido de mercurio presente en el atún. El mercurio es un metal pesado que puede ser tóxico para nuestro organismo, especialmente para el sistema nervioso en desarrollo de los niños y las mujeres embarazadas.

Las autoridades sanitarias recomiendan limitar el consumo de atún enlatado, especialmente en los grupos de mayor riesgo, como los niños pequeños, las mujeres embarazadas y aquellas en período de lactancia. Se sugiere no consumir más de 170 gramos de atún enlatado por semana en estos casos. Para el resto de la población, se recomienda un consumo máximo de dos veces por semana.

Foto Freepik

Contenido de sodio en el atún enlatado

Otro factor a considerar al consumir atún enlatado es su contenido de sodio. Las conservas de pescado suelen tener un alto contenido de sodio, lo cual puede ser perjudicial para las personas que tienen una dieta baja en sodio o que padecen condiciones médicas relacionadas con la presión arterial alta. El exceso de sodio en la dieta puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud.

Es importante leer las etiquetas de los productos enlatados y tener en cuenta el contenido de sodio antes de consumirlos. Si estás siguiendo una dieta baja en sodio, es recomendable optar por otras fuentes de proteínas que tengan un menor contenido de sodio, como el salmón o las sardinas enlatadas.

Mercurio en el atún enlatado

El mercurio es un contaminante que se encuentra en el medio ambiente y puede acumularse en los peces, incluido el atún. El consumo excesivo de atún enlatado puede exponernos a niveles más altos de mercurio, lo cual puede tener efectos negativos en nuestra salud.

El mercurio puede afectar el sistema nervioso y causar síntomas como debilidad muscular, irritabilidad, nerviosismo, falta de concentración e insomnio. Por esta razón, es importante limitar la ingesta de atún enlatado, especialmente en los grupos de mayor riesgo.

Alternativas más seguras al atún enlatado

Si bien el atún enlatado puede ser una opción conveniente y económica, existen alternativas más seguras y saludables que podemos considerar. Podemos optar por consumir pescados con menor contenido de mercurio, como la sardina, el lenguado o el salmón. Estos pescados también son ricos en nutrientes y ácidos grasos omega-3, sin los riesgos asociados con el consumo excesivo de atún enlatado.

Otra opción es incluir más fuentes de proteínas vegetales en nuestra dieta, como las legumbres, los frutos secos y las semillas. Estos alimentos son igualmente nutritivos y no contienen los riesgos asociados con el consumo de pescado contaminado con mercurio.

Consejos para limitar el consumo de atún enlatado

Si decides consumir atún enlatado, es importante hacerlo con moderación y seguir algunas pautas para reducir los riesgos asociados. Aquí tienes algunos consejos:

Limita la frecuencia: No consumas atún enlatado más de dos veces por semana, especialmente si estás en un grupo de mayor riesgo.

Varía tus opciones: No te limites solo al atún enlatado. Explora otras fuentes de proteínas como el salmón, las sardinas o las legumbres para diversificar tu dieta y reducir la exposición al mercurio.

Lee las etiquetas: Antes de comprar atún enlatado, lee las etiquetas para conocer el contenido de sodio y mercurio. Opta por las opciones con menor contenido de sodio y asegúrate de que el producto cumpla con los estándares de seguridad.

Opta por fuentes de proteínas alternativas: Considera incluir más fuentes de proteínas vegetales en tu dieta, como las legumbres, los frutos secos y las semillas. Estos alimentos son igualmente nutritivos y no presentan los riesgos asociados con el consumo excesivo de atún enlatado.

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Dany Levito